Comentario
Por Claudio Ratier
TANNHÄUSER
La visión medieval del amor
La Edad Media dio lugar a que poetas y caballeros “inventasen” el
amor, a manera de un juego mediante el cual la pasión erótica y la
mujer fueron objeto de sublimación. El punto de partida del fenómeno
estuvo entre los trovadores del Languedoc, en la Francia meridional,
y su réplica en suelo germánico fueron los Minnesinger. Ellos le
cantaron a esa nueva visión amorosa conocida como “amor cortés”
(Minne en medio alto alemán quiere decir eso, mientras que Singer es
el plural de Sänger, que significa “cantor”), y entre un importante
número de caballeros cantores del siglo XIII, y no sin ayuda de
Wagner, se recuerda a Tannhäuser y Wolfram von Eschenbach. En
realidad nada de esto hubiese sucedido, de no haber condenado la
moral cristiana algo imposible de separar de la condición humana
como el deseo carnal, visto por ella como infernal y pecaminoso. Así
urgió replantear y estilizar la pasión, y crear una visión del amor y la
mujer que los transportó a un plano superior e ideal. Esto no quedaría
aislado en la época en que se concibió, sino que por haber arraigado
en la cultura europea tan profundamente, durante el Romanticismo
atravesó un momento de febril eclosión. Y también le proporcionó
tema a Wagner para uno de sus dramas musicales.