Comentario
Por Claudio Ratier
Jenůfa
La ópera que fuera de su país de origen se conoce como
Jenůfa, tiene por nombre original el de
Její pastorkyňa (
Su hijastra). Leoš Janáček la compuso en base al drama homónimo de Gabriela Preissová, estrenado en el Teatro Nacional de Praga el 9/11/1890 y repuesto en la capital morava de Brno el 10/1/1891. La producción de la dramaturga no era desconocida por el músico, que anteriormente se inspiró en otra pieza de su autoría al componer su segunda ópera
El nacimiento de un romance (1894). En lo relativo al proyecto en ciernes resulta valioso el testimonio de Preissová, que recordó intentar disuadirlo por pensar que su drama era inapropiado para una ópera. Pero el intento fue inútil: Janáček estaba verdaderamente “enamorado” de
Jenůfa, según él mismo manifestó, así como se declaró firmemente convencido de la no necesidad de pasar a versos el texto del drama, decisión sumamente original para su época. Supo advertir que las palabras y las frases de Presissová se expresaban con una música propia, que se correspondía completamente con la suya: esto no es más que el germen de las teorías acerca de la melodía del habla, que acapararon la atención del compositor y lo llevaron a emprender un riguroso estudio del habla cotidiana, capaz de profundizar y ampliar el horizonte de su música dramática. Escribió Preissová: “(Janáček) comenzó a ornamentar la acción con celo apasionado. Estudió los gritos de los jóvenes durante sus danzas populares, fue a los molinos para escuchar el murmullo de las ruedas y el batir de las aspas, con el propósito de llevarlos al pentagrama.”
Es difícil conocer en forma directa las opiniones de Janáček, porque al igual que otros valiosos documentos sus cartas a la autora se perdieron. De falta de información hablando, se plantea la pregunta: ¿cuándo comenzó la escritura de
Jenůfa?.