Comentario
Por Claudio Ratier
Estreno
El 10 de diciembre Donizetti regresó a Milán para iniciar los ensayos y la ópera se estrenó en el Carcano el 26 de diciembre de 1830. La tibieza demostrada por la crítica no menoscabó su ánimo, engrandecido por el excelente recibimiento de un público que con su aprobación lo supo consagrar y recompensar con la mejor de las revanchas.
Merece atención ese trato por parte de la crítica, que si bien no fue completamente negativo distó mucho del febril entusiasmo del auditorio. Puede explicarse mediante posturas tomadas por la prensa en favor o en contra de dos compositores sobresalientes, en medio de la rivalidad entre los dos teatros más importantes de Milán: la Scala había contratado a Vincenzo Bellini, mientras que el Carcano ostentaba en su cartel el nombre de Gaetano Donizetti, quien llegó a la ciudad para conquistar el lugar merecido sin contar precisamente con un buen antecedente local. Lo cierto es que en la misma noche en que este último daba
Anna Bolena, el otro presentaba el estreno milanés de
I Capuleti e i Montecchi, cuya resonancia en el público fue menor. De cualquier forma Bellini obtuvo su revancha en el Carcano, cuando en marzo de 1831 estrenó
La sonnambula, título que también reunió a la Pasta y a Rubini. Es innegable que ya retirado Rossini de la actividad teatral, Bellini y Donizetti fueron los máximos compositores de Italia hasta la prematura muerte del primero, y su rivalidad, que databa de un primer encuentro en Génova en 1828, se mantuvo hasta último momento. Hoy dicha rivalidad, consideradas las virtudes y diferencias entre ambos creadores, resulta irrelevante.