Comentario
Por Claudio Ratier
Antecedentes del libreto
Inmediatamente pensamos que el tema de
Nabucco sale de la Biblia, que seguramente Temistocle Solera conociese en traducción italiana de Giovanni Diodati. Las Sagradas Escrituras refieren la segunda invasión del rey babilonio a Judea, con el saqueo y destrucción del Templo de Jerusalén (587-586 a. C.). Gran parte de los hebreos vencidos fueron hechos prisioneros y llevados como esclavos a Babilonia, donde los liberaron 50 años más tarde. Hasta aquí lo proporcionado por la Biblia, que no menciona ni a Ismaele, ni a Abigaille, ni a Fenena, ni a Zaccaria, aunque este último se asemeje al profeta Jeremías, que de ninguna manera estuvo en Babilonia como prisionero. Para dar fuerza a su texto Solera inicia cada parte con una cita bíblica de dudosa procedencia, pues las referencias bibliográficas no siempre coinciden con la edición de Diodati, como bien señala Roger Parker en su análisis.
La fuente de inspiración principal del libreto de la ópera fue
Nabuchodonosor, drama francés en 4 actos de Auguste Anicet-Borgeois y Francis Cornu, estrenado en París en 1836. En él aparecen los personajes que no encontramos en la Biblia, además de ciertos momentos dramáticos muy bien aprovechados por Solera y Verdi: la traición por amor de Ismaele y la maldición de los levitas, la entrada de
Nabucco al templo y su blasfemia, su castigo divino mediante un rayo, su locura, conversión y recuperación de la cordura. El drama fue traducido al italiano por un tal C.G., pero ese trabajo no se conserva en la actualidad. De acuerdo a esta traducción se habría ofrecido en Milán en 1839, pues la Gazzetta Privilegiata anunció en su edición del 9 de agosto de ese año que la Compagnia Favre daría en el Circo Olimpico la obra
Nabucco, re di Babilonia. Si se trata del drama de Borgeois y Cornu, o de otro con tema similar, no tenemos forma de saberlo. Sí se puede decir que al comparar el original en francés con los versos de Solera, no deja lugar a dudas de que constituyó la fuente principal del texto de la ópera.
Otra fuente importante es el ballet
Nabuccodonosor (curiosamente con doble “c”) de Antonio Cortesi, estrenado en la Scala el 27 de octubre de 1838. Aunque Verdi aún no se había establecido definitivamente en la capital lombarda, es casi seguro que haya asistido a alguna de las 35 representaciones. La trama de este ballet se basó en la traducción de la pieza francesa por C. G. y la influencia no fue menor: su estructura sirvió de modelo a la del libreto de Solera: como detalles relevantes Parker menciona la simplificación del papel de Abigaille, la reducción de la participación de Ismaele y la eliminación de papeles secundarios.