Los autores sitúan la acción en la década del 40 del siglo XIX.
Acto I
Cuadro I: Casa de Don Pasquale
El anciano Don Pasquale desea casarse. Desheredó a su sobrino Ernesto, quien se rehúsa a tomar por esposa a una viuda propuesta por su tío; en realidad, ama a una joven llamada Norina. El Dr. Malatesta, amigo del joven y a su vez médico de Don Pasquale, al saber de los deseos del viejo decide burlarse de él y proponerle como esposa a su “hermana” Sofronia, que no es otra que Norina. Ilusionado con la idea de Malatesta, Don Pasquale le cuenta la noticia a su sobrino, quien, sin conocer la broma del doctor, se desespera.
Cuadro II: Casa de Norina
Norina lee una historia de amor y se jacta de su belleza. Recibe una carta en la que Ernesto le cuenta sobre su situación, cuando llega Malatesta y la anoticia sobre su plan: presentarla al rico anciano como hermana suya. A Norina le seduce el plan y acepta. Es instruida por el intrigante sobre el comportamiento que deberá adoptar ante Don Pasquale, para luego enloquecerlo con sus caprichos.
Acto II
Casa de Don Pasquale
Ernesto abandona la casa de su tío entre lamentos. Luego llega Norina, la falsa Sofronia, en compañía de Malatesta. Don Pasquale está conmovido por el recato y gracia de la joven y quiere concretar la boda inmediatamente. Norina se muestra dócil y accede, pero cuando reaparece Ernesto para despedirse de su tío, se sorprende y se desilusiona; pero la joven y el doctor le revelan el plan y continua la farsa. Una vez firmada el acta matrimonial ante un falso notario, primo de Malatesta, Norina es la nueva señora de la casa. Se convierte en déspota y sin consultar a su flamante marido, toma decisiones tales como aumentar la servidumbre: desea ser servida por una multitud. Entre muchas extravagancias designa como acompañante a Ernesto, pues su marido es demasiado viejo como para acompañarla en sus paseos.
Acto III
Cuadro I: Casa de Don Pasquale
La casa es un verdadero infierno para su dueño. No puede controlar a su esposa, que gasta desmedidamente. Ella quiere ir sola al teatro y cuando él se opone, discuten y el viejo recibe una bofetada. Norina sale y sin querer deja caer una carta que es descubierta por Don Pasquale: un admirador anónimo le propone a la joven encontrarse esa misma noche en el jardín. El anciano decide llamar al Dr. Malatesta como para que lo ayude a maquinar una venganza. Cuando se retira aparecen los sirvientes y se burlan de la situación que reina en la casa.
Más tarde, al ver el estado lamentable en el que se encuentra Don Pasquale, Malatesta confiesa en voz baja su arrepentimiento por haber desencadenado una situación semejante. El anciano le confía a su amigo los males que lo aquejan, pero este finge no creerle, hasta que al final se muestra convencido: ambos irán al jardín para sorprender a los enamorados.
Cuadro II: Jardín de Don Pasquale
Ernesto entona una serenata y se le une Norina. Llegan Don Pasquale y Malatesta, Ernesto se esconde y Norina niega haber estado en compañía de otro hombre. El viejo se quiere deshacer de su esposa, a la que ya no aguanta más, pero esta le recuerda que no es ni más ni menos que la patrona de la casa. Malatesta decide terminar con la comedia y anuncia que Ernesto, quien de inmediato reaparece, podrá casarse con Norina. Y revela lo más importante: esta no es otra que Sofronia. Ante la sorpresa de Don Pasquale, le dice que la auténtica Sofronia está en un convento y que por lo tanto el matrimonio no tiene validez. Don Pasquale, ahora libre de su pesadilla, autoriza el matrimonio de los dos jóvenes, quienes imploran su perdón. Por último, todos entonan una moraleja que exalta al amor y la virtud.