Comentario
Por Claudio Ratier
Estreno
El elenco del estreno estuvo formado por cuatro grandes figuras del Théâtre-Italien, de las cuales ya mencionamos a los varones: Luigi Lablache (Don Pasquale), Giulia Grisi (Norina), Mario (Ernesto) y Antonio Tamburini (Malatesta), con la intervención de Federico Lablache, el hijo del enorme bajo, en la breve parte del Notario. Salvo el tenor, los otros tres protagonistas ya habían participado en estrenos donizettianos. Tras una interrupción en los ensayos por enfermedad de Mario y Tamburini, la ópera se estrenó el 3 de enero de 1843. El triunfo fue inmediato y el altísimo nivel del suceso fue comparado con el de
I puritani de Bellini, estrenada 8 años antes también en el Italien, con la participación de Grisi, Tamburini y Lablache (el tenor en aquella oportunidad fue Giovanbattista Rubini). Así evocó Donizetti el estreno de
Don Pasquale: “El éxito fue de los más felices. Se repitió el adagio del final del segundo acto. Se repitió la
stretta del
duetto entre Lablache y Grisi. Fui llamado al fin del segundo acto y del tercero. No hubo momento, de la sinfonía en adelante, que no haya sido aplaudido. Estoy muy contento.” Sí, al cabo de algunos años de espera, el compositor disfrutaba del triunfo parisiense tan anhelado.
Según los testimonios, Luigi Lablache fue el centro de aquella noche: Théophile Gautier lo describió en una crónica como “simplemente espectacular”. A raíz del estreno de la obra por la misma compañía en el Her Majesty’s Theatre de Londres, el 29 de junio de 1843, el crítico y escritor Henry Fothergill Chorley evocó años más tarde: “Lablache parecía estimular en modo particular el favor del público, al representar la farsa de la obesidad que quiere resultar atractiva […] Pero durante toda la ópera […] nada fue más admirable que su total ausencia de vulgaridad y de bufonería grosera. Mostraba poseer esa seguridad que solo tienen las personas refinadas y llenas de tacto […] la seguridad de quien no corre riesgos imprudentes, pero que no teme abordar cosas extraordinarias […] Cuando mi pensamiento se dirige a Lablache, ¡me asalta la sensación de haber perdido para siempre, con él, al auténtico genio cómico del teatro de ópera!” (Henry F. Chorley,
Thirty Years’ Musical Collection, NY 1926, publicado originalmente en 1862 y citado por Ashbrook).