Comentario
Por Claudio Ratier
Estreno en Viena
Si de los músicos contemporáneos de Mozart, Josef Haydn era el único capaz de comprenderlo y demostrarle su sinceridad, el hecho de que haya sido invitado a concurrir a algunos ensayos (en casa del compositor y en el teatro) prueba lo importante que fue el proceso de creación de la nueva ópera. Mozart deseaba tener una opinión seria y franca sobre lo que con el tiempo sería apreciado como uno de sus grandes trabajos; lástima que no podamos conocer esa opinión.
Così fan tutte se estrenó el 26 de enero de 1790 en el Burgtheater de Viena, con la dirección musical del compositor. La amante de Da Ponte, Adriana Gabrieli del Bene, apodada
La Ferrarese, y su hermana en la vida real, Luisa Villeneuve, asumieron los papeles de Fiordiligi y Dorabella. Además del parentesco no es de extrañar que ambas fueran oriundas de Ferrara, como sus personajes: hay razones para pensar que el poeta tuvo la intención de que las artistas se interpretasen a sí mismas. También participaron Francesco Benucci (Guglielmo), Vincenzo Calvesi (Ferrando), Francesco Bussani (Don Alfonso) y Dorotea Bussani (Despina). No se puede evaluar cómo fue el recibimiento del público y sólo se llevaron a cabo cinco representaciones:
el 20 de febrero fallecía el Emperador y por el luto oficial la ópera debió bajar de cartel. La reposición que tuvo más tarde fue insuficiente para que se impusiera y Mozart sólo pudo ser testigo de un total de nueve representaciones, sin contar algunas que sucedieron en Praga y Dresde. Las circunstancias en torno a su estreno y el posterior rechazo que despertó, hicieron que por mucho tiempo
Così fan tutte tuviese un recorrido desafortunado y marginal.