Händel
y sus años de peregrinaje
Aunque
parezca innecesario, no está demás subrayar que Georg Friedrich Händel
(Halle, 23 de febrero de 1685; Londres, 14 de abril de 1759) fue uno de los
máximos exponentes del barroco y de la música de todos los tiempos. Mientras
realizaba estudios en su ciudad natal, que además de la música comprendieron
el Derecho, se especializaba en órgano y, muy joven, inició amistad con
Telemann. Entre 1703 y 1705 trabó su primer contacto con el mundo de la ópera,
al entrar como segundo violín y clavecinista del teatro de Hamburgo, ciudad
baluarte de la ópera en alemán, que dirigía el famoso Reinhard Keiser. Luego
de su paso por Lübeck, donde renunció a la idea de suceder a Buxtehude por
tener la obligación de casarse con su hija, decidió marchar a Italia en 1706.
En este país permaneció hasta 1710 y emprendió un peregrinaje por Florencia,
Roma, Nápoles y Venecia. Al abandonar Italia trabajó durante dos años en
Hannover, desde donde hizo el primer viaje a Londres, ciudad decisiva para su
carrera. En el invierno de 1710-1711, estrenó allí su ópera Rinaldo.
La
vida de Händel fue intensa, productiva, llena de viajes trascendentes, conoció
éxitos y sinsabores, pero regresemos a su paso por la patria del belcanto. Su
primera composición escénica para Italia fue Rodrigo, estrenada en Florencia
en 1707. El análisis de los fragmentos que se han conservado revelan su aptitud
para asimilar el lenguaje de la ópera italiana, pero aún faltaban dos años
para el gran suceso. Este partiría de un texto de corte histórico, y nada
mejor que los “escándalos romanos” para proporcionar los ingredientes
necesarios para una gran ópera.
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