Por Claudio Ratier
los primeros años
La gestación de Ernani
El estreno

Algunas palabras acerca
de la música

hernani y su autor
Ernani en Buenos Aires *

Algunas palabras acerca de la música

Si en Nabucco estamos ante un Verdi que se nos presenta con un estilo contundente, con la herencia de sus predecesores, pero indiscutiblemente personal, en Ernani encontramos avances muy considerables. Han señalado los especialistas que Nabucco está estructurada a manera de cuatro partes que son como cuatro frescos estáticos, enmarcados por una música poderosa. Ernani no tiene la grandilocuencia de Nabucco , tampoco la necesita, pero gana en cuanto a dinámica teatral y anticipa los logros futuros del compositor en este campo. Están las grandes escenas, los grandes finales de acto que madurarán con los años, los momentos solitarios de gran belleza, la explotación de los registros vocales como aún no lo había logrado ningún predecesor: él llevó las cosas al límite en este campo, a lo largo de un proceso sin igual. Sumemos la vital intervención del coro. Los procedimientos musicales son sencillos pero no carecen de sentido, de justificación, y le preparan el camino al papel descriptivo que jugará el acompañamiento en los futuros grandes dramas del compositor. Desde los primeros compases del adagio del preludio no sólo se nos insinúa el espíritu de este drama épico, sino que entrevemos los "claroscuros" de una tragedia como Rigoletto .

Líneas arriba dijimos que Verdi explotó las posibilidades de cada registro en forma extraordinaria. Ernani es su primer gran rol para la cuerda de tenor. Previamente escribió la parte de Ismaele para Nabucco , destinada a un tenor de excelentes características, pero que el público no advierte: el de Ismaele es de los roles que se llaman "ingratos", y que solo toman notoriedad, para la mayoría de los oyentes, cuando paradójicamente son mal interpretados. La voz tenoril tuvo más suerte en I lombardi ..., pero no debemos dudar de que Ernani sea su primera gran conquista para la cuerda. Para el barítono, registro intermedio surgido en las primeras décadas del siglo XIX, continúa con Don Carlo la línea iniciada con Nabucco y acaso le haya escrito las partes más bellas de la ópera, sobre todo en el tercer acto, con la cavatina Oh de' verd'anni miei... y el admirable finale terzo , donde lleva la voz principal. Aunque de menos exigencia que el Zaccaria de Nabucco , Silva es otro de esos admirables ejemplos de basso nobile verdiano, en el cual no es difícil entrever un antecedente del Filippo II de Don Carlo . Aunque en la noche inaugural la primadonna que la estrenó se haya sentido desairada, no cabe duda de que la de Elvira es una de las partes para soprano más bellas y técnicamente más difíciles debidas a Verdi. Su cavatina , Ernani, Ernani, involami , es una pieza infaltable dentro del repertorio concertístico de las sopranos especializadas en el compositor. Y el personaje no es sólo la cavatina, basta con ponerse a escuchar para descubrir otras maravillas.

Verdi en Ernani aún se mueve dentro de ciertos convencionalismos como la estructura cerrada, la marcada división entre número y número, la infaltable fórmula scena-cavatina-cabaletta . Durante su hegemonía de medio siglo, en la que eclipsará a sus contemporáneos, recorrerá un largo camino en pos de la continuidad y de la unidad dramático musical, que alcanzará con un estilo que nos admira a muchos. Y nadie, después de él, sabrá explotar las posibilidades de la voz humana de manera semejante: después de Verdi, todo parece haberse agotado.


+ arriba