OMAR CARRIÓN
El momento indicado
¿Cuál es el momento de abordar el personaje de Rigoletto?
Creo que el momento varía según la vocalidad de cada cantante. Yo comencé mi carrera como barítono ligero, de coloratura, y recién hace unos años la voz maduró hacia el barítono lírico. Siempre fui muy cuidadoso de mi voz y del repertorio, y, hace unos años, en 2001, mientras tomaba una clase con Sherrill Milnes en New York, le pregunté después de trabajar mis consabidas arias de belcanto: "Maestro...Qual è il momento per cantare Rigoletto?". Milnes miró el reloj de pared y me dijo: "A le due e un quarto di questo pomeriggio...adesso...(A las dos y cuarto de la
tarde... ahora...)". Diez años antes me había dicho que no era el momento. Creo que después de los cuarenta, con la experiencia y todavía la juventud, se puede pensar en estos roles y cantarlos con la voz de uno. Obviamente, mi Rigoletto tiene un enfoque netamente lírico.
¿Éste es tu primer Rigoletto?
Es mi primer Rigoletto completo con escena y orquesta. Los roles verdianos de ese período: Germont (La traviata), el Conde de Luna (Il trovatore) o Rigoletto, aceptan una lectura de barítono lírico, o la de una barítono de carácter. Otros son más estrictos, como Amonasro (Aida), Falstaff o Iago (Otello), que se inclinan hacia el campo de la voz tonante del barítono dramático.
Entendemos que sos un amante de lo tradicional. ¿Cómo te sentís en el proceso de preparación de esta puesta, cuya concepción rompe con los preconceptos?
Es verdad. Soy básicamente un tradicionalista, pero, al principio con esfuerzo y luego con naturalidad, me voy adecuando a la puesta que me toque. Con respecto a esta en particular, la lógica, la sensibilidad y el ojo de Rita Cosentino no me dieron mucho lugar a reproches. Es un placer trabajar con ella.
Por último, quiero agregar algo. Al leer el nuevo libro de Plácido Domingo, encontré un razonamiento suyo que también me animó a dar el gran salto: "Verdi es belcanto con 'B' mayúscula". Si mi repertorio siempre fue el belcanto, creo que llegó el momento de aplicarlo en los zapatos del jorobado.
Un elenco minuciosamente elegido
Junto a Carrión, los demás papeles protagónicos estarán a cargo de los siguientes artistas: Fabiola Masino, uno de los más sólidos exponentes dentro del tipo de soprano leggiero. Interpretará la parte de Gilda, que le permitirá hacer gala de su virtuosismo vocal y gran facilidad para abordar los extremos agudos más comprometidos. El Duque de Mantua será Enrique Folger, joven y notable tenor que no solamente se destaca por la belleza de su timbre, sino por la carga emotiva que sabe imprimir a sus interpretaciones. Sparafucile, el temible asesino por encargo, será el bajo Walter Schwarz, prometedora revelación tanto en lo vocal como en lo actoral. Por razones de fuerza mayor no contaremos con la presencia de Alejandra Malvino como Maddalena. Será reemplazada por Mónica Sardi, joven mezzosoprano contratada asiduamente por BAL, y con sobradas aptitudes para responder a las exigencias de su personaje y de esta producción.
El papel del Conde Monterone es breve en cuanto a su duración, pero de gran presencia, contundente y esencial para el desarrollo de la trama. Para el estreno mundial, Verdi pidió un cantante de primer orden, y por esta razón contratamos al bajo-barítono Christian Peregrino. Giovanna, la cuidadora de Gilda, será Cecilia Jakubowicz. En la función del domingo 24 estos personajes serán interpretados por Marcelo Mansilla y Renata Schneider, respectivamente. Los cortesanos estarán encarnados por Norberto Marcos (Marullo), Nahuel Di Pierro (Ceprano) y Juan Marcos González Cueto (Borsa). González Cueto también es miembro del Coro de BAL, al igual que Vanesa Aguado Benítez (Condesa Ceprano), Miguel Facal (Ujier) y Gladys Albicoro (Paje).
Como es costumbre, el coro masculino estará preparado por Juan Casasbellas.
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carlos vieu
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rita cosentino
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omar carrión
Omar
Carrión
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