+ madama butterfly + l'italiana in algeri + la clemenza di tito + orestes + lucia di lammermoor |
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L'ITALIANA IN ALGERI comentarios |
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+ introducción + estreno, repercusión, olvido y exhumación + buenos ayres + algunas consideraciones |
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Estreno, repercusión, olvido y exhumación El éxito de l’Italiana in Algeri fue arrollador y Stendhal, el gran rossiniano de la primera hora, recordaba que “jamás una ciudad había gozado tanto de un espectáculo tan afín a su carácter”. Para el compositor, gestar la nueva ópera fue como un entretenimiento. Los reiterados bises y estruendosas ovaciones con que fue recibida lo desconcertaron y le hicieron reflexionar: “Ahora estoy tranquilo. Los venecianos están más locos que yo”. El reparto de aquel estreno estuvo encabezado por la cantante florentina Maria Marcollini (Isabella), gran colaboradora e inspiradora del maestro desde los tiempos de l’equivoco stravagante, y principal delineadora de lo que con los años se conocería como “contralto rossiniana”. El tenor Serafino Gentili (Lindoro) y los bajos Filippo Galli (Mustafà) y Paolo Rosich (Taddeo) completaron los otros papeles principales. Desde aquella primera serie de representaciones venecianas la obra recorrió las demás ciudades de la península. Llegó a Roma en 1815, donde se la rebautizó como Il naufragio felice. En pocos años fue recibida en Barcelona, Munich, Madrid, París, Viena, Londres, Praga, México, Berlín, Buenos Aires, San Petersburgo, Santiago de Chile y Río de Janeiro, entre otras ciudades. Pero luego de haber conocido tantos éxitos, comenzó a ser desplazada por la más popular de las creaciones del mismo compositor, Il barbiere di Siviglia (Roma, Teatro Argentina, 20 de febrero de 1816), y por otras óperas de diversos autores que pasaron a convertirse en favoritas del repertorio. Pese a esto, una creación genial siempre es rescatada del olvido. En su minucioso análisis publicado en el programa de mano del Teatro Colón durante la Temporada 1981, y del cual se ha tomado más de un dato para este comentario, Juan Andrés Sala refiere como una de las exhumaciones más importantes la del Metropolitan de Nueva York del 5 de diciembre de 1919, con Gabriella Besanzoni (Isabella), Adam Didur (Mustafà), Charles Hackett (Lindoro) y Giuseppe De Luca (Taddeo), dirigidos por Gennaro Papi. A partir de ese momento, la ópera pasó a contarse entre los títulos más representados del Cisne de Pesaro. La exhumación argentina tuvo lugar en el Teatro Colón el 13 de julio de 1928, con Gabriella Besanzoni (Isabella), Ezio Pinza (Mustafà), Carlos Rodríguez (Lindoro) y Attilio Muzio (Taddeo), bajo la batuta de un gran impulsor de la obra: Tullio Serafin. |
Maria Marcolini, Filippo Galli y Serafino Gentili: los intérpretes principales |