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El Belisario de Donizetti
Como suele decirse cada vez que hay oportunidad, el prolífico Donizetti, a quien se le deben más de 70 títulos, trabajaba febrilmente y sin tregua. En muchos casos lo hacía con gran inspiración, como sucedió con la partitura de la ópera que nos ocupa. Fue terminada en Nápoles a fines de 1835. Antes de instalarse en Venecia para el estreno, el compositor pasó por Milán para asistir a la primera representación en la Scala de Maria Stuarda , protagonizada por María Malibran; el resultado no fue el esperado, pues la diva no se encontraba para la ocasión en la mejor forma vocal. Llegó a Venecia en los primeros días de enero de 1836, para supervisar los ensayos que se iniciaron el 17 de ese mes. Celestino Salvatori tuvo asignado el papel principal, flanqueado por la vienesa Carolina Ungher (Antonina), Antonietta Vial (Irene) e Ignazio Pasini (Alamiro).
El estreno en La Fenice aconteció el 4 de febrero. Si durante los ensayos el maestro estaba conforme con Salvatori y la Ungher, mientras que Pasini y la Vial le generaban dudas, la realidad fue que aquella noche todos tuvieron un desempeño brillante, ante un público que reaccionó con gran entusiasmo. En medio del carnaval veneciano de aquel año se llevaron a cabo 28 representaciones y La Gazzetta Privilegiata di Venezia reflejó así el suceso: “La música italiana se ha enriquecido con una nueva obra maestra. Anna Bolena ha encontrado un digno hermano en Belisario , presentado anoche en La Fenice… El espectáculo fue de la primera a la última hora una sucesión de aplausos y llamadas al maestro y a los cantantes.”
La ópera triunfó nuevamente ese mismo año en la Scala de Milán, donde se efectuaron 32 representaciones con la presencia de Salvatori, el Belisario del estreno mundial. Allí se repuso en 1840 con el mismo barítono, y en 1842 con Giorgio Ronconi en el personaje central, Domenico Donzelli (el primer Pollione en Norma ) como Alamiro y Giuseppina Strepponi como Antonina; algunos días más tarde, esta soprano estrenaría en el teatro milanés el papel de Abigaille en Nabucco , el primer gran éxito de Verdi; también sabemos que al cabo de no mucho tiempo se retiraría de la escena y se convertiría en la compañera del maestro.
Como parte de una importante cantidad de valiosos datos, Juan Andrés Sala nos cuenta en el texto referido que el éxito de Belisario se extendió inmediatamente a lo largo de diversas ciudades del mundo entre 1836 y 1852, como Viena, Madrid, Londres, Lisboa, La Habana, México, Estambul, Berlín, Río de Janeiro, Filadelfia, Bucarest, París, San Petersburgo, Nueva York, Valparaíso, Amsterdam, Buenos Aires y Montevideo. Estas ciudades la conocieron en su texto original y también se la ofreció traducida al alemán, ruso, francés, checo, polaco y húngaro.
Sí, Belisario gozó de una gran popularidad en la primera mitad del siglo XIX, popularidad que paulatinamente mermó. Gracias a Giannandrea Gavazzeni fue exhumada en 1969 en La Fenice, con Giuseppe Taddei, Leyla Gencer, Mirna Pecile, Umberto Grilli y Nicola Zaccaria en los papeles centrales.
Podemos enumerar todos los centros líricos que la ofrecieron tras la exhumación, no son muchos: Bergamo (Teatro Comunale Donizetti, 1970), Londres (Sadler's Wells Theatre, 1972), Buenos Aires (Teatro Colón, 1981), Graz (Ópera, 1997), Winston-Salem (North Carolina School of Arts-Fletcher Opera Institute, 2005), Estambul (Ópera del Estado, 2005).
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