la
revisión
Al
comienzo de este comentario hablamos de una “versión parisiense” de Macbeth.
El plan inicial para la revisión consistía en agregar un aria para Lady
Macbeth en el Acto II (La
luce langue...); modificar el ballet y varias secciones en la “escena de
las apariciones”, del Acto III, que a decir de Verdi prácticamente quedó
“casi nuevo”; retocar por completo las primeras escenas del Acto IV;
rescribir el final, con la eliminación de la muerte de Macbeth (Mal
per mè che m’affidai...). El magistral duetto
del Acto I, entre Macbeth y Lady Macbeth, también sufrió modificaciones.
Verdi era reacio a las revisiones, que indefectiblemente derivan en un mosaico,
razón por la cual, en la partitura definitiva, conviven páginas separadas por
casi veinte años de distancia, con todo lo que esto implica. Piave debió
ponerse a trabajar arduamente en las reformulaciones y agregados.
Tras
todas las modificaciones, la obra se representó en el Théâtre Lyrique el 21
de abril de 1865. La ejecución fue buena pero no el recibimiento, y Verdi se
sintió profundamente defraudado. Este fracaso coincidió con el estreno póstumo
de La
africana, de Meyerbeer (Opéra de París, 28 de abril), y con el estreno de
una ópera que hoy desconocemos por completo: Amleto,
de Franco Faccio y Arrigo Boito en Génova; con la aparición de esta última,
la crítica vio una ópera que abría una nueva época y dejaba atrás los
nombres de Verdi y Donizetti.
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