El
vestuario
Un vestuario
para la tragedia
El
diseño del vestuario está a cargo de Sofía Di
Nunzio, artista joven, creativa, refinada y con un carácter que
sorprende por su afabilidad. Ella sabe plasmar las ideas de Marcelo
Perusso, quien optó por sacar de su contexto tradicional a una
tragedia que no tiene época: la sed de poder y sus consecuencias son las
mismas, desde el Neandertal hasta el día de hoy. Aquí vemos a Sofía tomando
medidas, impartiendo indicaciones y ultimando detalles con sus asistentes. Hasta
debió probarse ella misma el vestido de Lady Macbeth, para que estuviese listo
para una producción fotográfica destinada a medios de prensa.
A
tres semanas del estreno, ya está terminada una buena parte del vestuario. En
estas cuatro fotos vemos a Myriam Toker y Marcelo Lombardero luciendo sus modelos,
rojos como la sangre, apropiados para dos regicidas. ¿Alguna vez vieron en los
rostros de dos intérpretes tanta codicia, maldad, perversión, ambición,
locura, un esposo fuerte por fuera, pero indeciso por dentro, una evidente
actitud castradora por parte de ella?... (¡CORTEN!). Bien. Lombardero y Toker
son los dos intérpretes ideales. Estas fotos son sólo un modesto adelanto de
lo que serán capaces sobre el escenario.
¡Se
le dio! Aquí podemos ver a un Marcelo Lombardero que nos recuerda a Gary Oldman en el Drácula
de F. F. Coppola. Artista multidisciplinario de innumerables aptitudes, está
rodeado por un grupo de brujas. Ellas no tienen verrugas, pústulas, crenchas
mugrientas ni narices con forma de zanahoria. Eso sí, si les damos una escoba a
cada una, seguramente volarán... Si pensamos en el antiguo test para
saber si una mujer es o no una bruja, deberíamos arrojarlas al agua (¿flotarán
o se hundirán?). La cosa es que a Lombardero se le dio: ¡rodeado de morochas
de Caudore, como lo soñó toda su vida!
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