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LUCIA DI LAMMERMOOR

LA CONCEPCIÓN ESCÉNICA

A la hora de encarar una labor que se diferencie de los modelos estandarizados, más en un título de los llamados "tradicionales", un puestista debe plantearse importantes reformulaciones. En este caso, es su misión encarar la tarea de tirar por el suelo ese prejuicio de que Lucia di Lammermoor es un concierto para voces, en el cual la acción desempeña un papel casi secundario; "si está bien cantada, no importa que se vea estática desde lo escénico", dice el falso concepto. Nada más distante de las ideas de Marcelo Perusso.

[Según lo que nos comentó en un alto durante el último ensayo pregeneral, sus ideas principales para arribar al concepto definitivo pasaron por el sojuzgamiento familiar y social de la mujer, y el enfrentamiento entre familias rivales. La conclusión fue sacar la acción de la época original para reforzar estas ideas, y el marco de referencia para la puesta quedó en los años 20 del pasado siglo.]

El delineamiento de cada personaje, en respuesta a su perfil psicológico y a las exigencias del cambio de época, sufrió interesantes modificaciones: antes que un clérigo, Raimondo es un preceptor; en vez de una dama de compañía o una nodriza, Alisa es una amiga; en lugar del capitán de la guardia de un castillo, Normanno es un gángster que se vende al mejor postor...

VESTUARIO E ILUMINACIÓN

Perusso es secundado por Cynthia Sassoon y José Luis Fiorruccio, diseñadores del vestuario e iluminación respectivamente, quienes supieron plasmar las ideas sugeridas por el régisseur, también autor de la escenografía.

[Un vestuario variado y seleccionado con rigor, en función del clima de los diferentes momentos de la obra y acorde a cada personaje, y cambios lumínicos que van de lo ominoso a lo exultante.]

Esta unión de elementos, que apunta a la síntesis y está en función de que cada personaje adquiera un fuerte perfil dramático, evolucionó a lo largo de los ensayos con resultados admirables.

EL CORO : PERSONAJES CON VIDA PROPIA

Es notable el empleo de las masas que hace Marcelo Perusso en esta ópera en la cual el coro tiene una importante presencia. Al contrario de lo que suele verse en este drama, donde el coro es presentado como un cuerpo que canta estáticamente, con una sonrisa o cara de preocupación según la circunstancia, en esta concepción escénica hay una curiosa vuelta de tuerca.

[Cada miembro cobra su individualidad, actúa como si fuera un personaje con vida propia, y este ingrediente otorga una intensa credibilidad y dinámica a lo que sucede sobre el escenario.]

Los miembros del Coro de Buenos Aires Lírica secundan admirablemente a las figuras de cada elenco, que, como tantas veces hemos experimentado, poseen fuertes personalidades.

En resumen: una alternativa renovada para un título que hemos presenciado en varias oportunidades, pero del que nadie se animó, hasta ahora, a romper el molde de lo tradicional. Para comprobarlo basta con acercarse al Teatro Avenida y disfrutar de esta nueva Lucia di Lammermoor, el título que hemos elegido para cerrar nuestra primera temporada. ¡Gracias por el apoyo recibido a lo largo del año!

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Perusso

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Fiorruccio

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Sassoon

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