“Romeo y Julieta”: De Verona al Moulin Rouge
Como en el original de Shakespeare, Charles Gounod situó su ópera Romeo y Julieta (1867) en la Verona del medioevo, aunque la ópera se podría volver a ambientar en cualquier lugar y tiempo. No es un contexto concreto lo que cuenta. La actual producción de Buenos Aires Lírica, con régie de Mercedes Marmorek, la aproxima al contexto parisino de Gounod. En principio, nada podría ser más adecuado. Pero la realización no busca recrear un imaginario romántico; con sus letreros de neón y sus bailes de can-can, es como si la tragedia de un amor imposible fuese una producción del Moulin Rouge. La apuesta de Marmorek no se limita a una cuestión de decorados, coreografías o vestuarios. Llega al corazón de la representación. En el segundo acto, en la escena del balcón, los amantes no se miran entre sí. Se dirigen al público, como si nos estuviesen diciendo todo el tiempo: "Esto es teatro". El segundo cuadro del acto III -con la lucha a muerte entre Tybalt y Mercutio, primero, y entre Tybalt y Romeo, después- transcurre entre pasos de comedia, con lo que la posterior súplica de venganza del moribundo Tybalt y la condena al destierro de Romeo pierden todo espesor dramático. El problema no es de ambientación sino de género. La puesta transforma una ópera romántica en una comedia; pero la música romántica de Gounod sigue marchando por su lado, y el choque no es estéticamente productivo. Parece más un capricho teatral, aunque hay que admitir que está sostenido con determinación e inteligencia. Lo único verosímil de esta representación deliberadamente inverosímil es la luminosa belleza de Julieta, que encarna la soprano Oriana Favaro, además de todo una finísima cantante que realiza una actuación fuera de serie. No menos admirable es el trabajo del tenor Santiago Ballerini en el papel de Romeo. Ambos encabezan un elenco sin fisuras, que completan las sólidas actuaciones de Ernesto Bauer como el Conde Capuleto; Walter Schwartz como el Hermano Laurent; Sebastián Angulegui como Mercutio; Iván Maier como Tybalt; Laura Polverini como Stéphano; Vanesa Mautner como Gertrude; Darío Leoncini como Benvolio; Alejandro Spies como el Conde Paris; Enzo Romano como Gregorio; y Christian Peregrino como el Duque de Verona. La orquesta suena con brillo y riqueza de matices bajo la dirección de Javier Logioia Orbe, mientras que la actuación del Coro preparadop por Juan Casabellas redondea una realización musical de primerísimo nivel..
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