La ópera "Jenufa" de Leos Janácek, cerrará la temporada 2013 de Buenos Aires Lírica. La desgarradora historia de la campesina que da nombre a la pieza (basada en un texto de Gabriela Preissová) subirá a escena en el Teatro Avenida con puesta en escena de André Heller-Lopes y dirección musical de Rodolfo Fischer. El elenco está integrado por Daniela Tabernig en el papel principal, Adriana Mastrangelo y Elisabeth Canis, Virginia Correa Dupuy, Eric Herrero y Santiago Bürgi, y participan el coro y la orquesta de Buenos Aires Lírica. Dialogamos con Tabernig:
Periodista: ¿De qué manera encara este papel tan complejo en lo psicológico y musical?
Daniela Tabernig: Con mucho estudio y mucho tiempo. Hay que empezar con varios meses de anticipación, tranquilo y con paciencia. Lo musical es complejo y se le suma lo idiomático. Luego uno va uniendo las cosas y adentrándose en la psicología del personaje y su historia. Uno lee cosas relacionadas con la historia, el libreto, se interioriza, trata de armar una lógica pero donde se termina de entender lo que pasa es en el trabajo de escena con el régisseur. Me gusta no llegar con las ideas cerradas, porque el trabajo del director de escena se basa en lo que piensa y trae él, por eso es un trabajo en conjunto. En eso también hay que tener paciencia porque lleva su tiempo, sobre todo en estos personajes que son tan reales y por eso mismo son tan complejos. Se necesitarían como mínimo 10 años de terapia para entender, y uno lo tiene que representar en las poco más de dos horas que dura el espectáculo.
P.: ¿Cómo es la propuesta escénica?
D.T.: Muy interesante. Heller Lopes planteó de entrada un trabajo natural, donde nos mostró su idea pero a la vez nos escuchó, y mientras iba armando la estructura que tenía en la cabeza nos dejaba a nosotros reaccionar, iba tomando lo nuestro y una vez que todo estuvo armado nos dijo "Ahora es de ustedes". Eso es realmente un trabajo en equipo. Lo que más me interesó es la forma relajada de trabajar que tiene, el artista agradece cuando se maneja una energía de libertad donde se respetan los tiempos de cada persona. Y él no sólo trabaja la parte actoral sino que nos da ideas en lo musical, entonces es un trabajo completo, al margen del maravilloso trabajo del director de orquesta. Fischer respeta nuestros tiempos. Para esta obra todos vinimos con una cuota de paciencia extra, y de entrada teníamos claro que no teníamos que sucumbir ante la histeria porque con ella no se iba a poder. Uno puede sucumbir a eso.
P.: Esta ópera pone en escena los conflictos de la vida en un pueblo. Usted viene de una ciudad del interior. ¿Influyó eso en su construcción del personaje?
D.T.: Encontré muchas similitudes con la historia de Jenufa. Hay un punto en común incluso a nivel psicológico de su conflicto con el mío y que hace que la gente se sienta identificada con ella, con la madre o con los dos hombres. Eso es un componente que hace que la historia sea atractiva, compleja y difícil de encarar como actores, porque lo primero que uno hace es la identificación inmediata, se remonta a situaciones de su pasado y es interesante el proceso de distanciamiento, porque de otra manera sería imposible y no sería atractivo para el público. Hay que representar un personaje al que le pasan cosas, no a quien lo interpreta. También me siento cómoda en el tipo de vocalidad que propone Janácek.
P.: ¿Hay antecedentes checos en su familia?
D.T.: Mi bisabuela por parte de madre era checa, y vino a vivir a la Argentina después de la guerra, y austríacos por parte de padre, de manera que tengo mis raíces en esa zona y eso me acerca aún más al repertorio checo.
P.: ¿Ha tenido ofertas para radicarse en Europa?
D.T.: Sí, pero a veces no es el momento, o las ofertas no son las indicadas, hay que saber decir que no a cosas que están adelantadas al momento. Viví y estudié en Atenas e hice audiciones y conciertos afuera pero aún no se dio la oportunidad de debutar allá. Es un sueño que persigo y que sé que se va a dar cuando tenga que ser. Pero me gusta la idea de desarrollar mi carrera en Latinoamérica, por la cercanía cultural y porque apostar al desarrollo de este género aquí es fantástico.
