Una alternativa para la música clásica
Por Andrés Valenzuela
Hoy comienza su nueva temporada de ópera, con una puesta de Cosí fan tutte, dirigida por Juan Casasbellas. A la obra de Mozart y Da Ponte le seguirán Lucrezia Borgia en mayo, Nabucco en agosto y Jenufa en octubre:
“El objetivo era lograr un espacio de calidad, sin concesiones”, afirma Frank Marmorek, director de la Asociación Buenos Aires Lírica, que cumple este año su décimo aniversario y comienza hoy su nueva temporada de ópera, la onceava desde su nacimiento, con una puesta de Cosí fan tutte, de Mozart y Da Ponte, con dirección de Juan Casasbellas (en el Teatro Avenida, Avenida de Mayo 1220, Capital Federal, a las 20). Ese objetivo, asegura, se alcanzó “bastante satisfactoriamente”. La Asociación consiguió insertarse en el circuito local, proponer un repertorio distinto y ganar el aprecio de público y artistas nacionales, sobre quienes se sustenta su producción. En el debe, concede el director, queda el sueño de llevar la ópera al interior del país y retomar las cinco puestas anuales, contra las cuatro actuales.
Todo ello apostando a puestas modernas. “Durante siglos, la ópera fue pararse y cantar, hoy eso es inadmisible”, destaca Marmorek, al tiempo que señala la incidencia de la tecnología en el género contemporáneo. También incorporando nuevas actividades, como mesas redondas interdisciplinarias en las que se aborda el contexto social y político que dio origen a cada obra. Con ello esperan también atraer al público joven, pese a las reticencias que a veces encuentran en esta franja. “Esperamos a mediano plazo atraer a estudiantes de arte, historia o letras, meternos en las universidades.”
“Otra cosa que hicimos para esta temporada fue convocar a ilustradores conocidos para que diseñen la gráfica de nuestras producciones”, cuenta Marmorek. El estreno de hoy se florea con la consagrada línea quebrada de Luis Scafati. Las próximas serán abordadas por Fernando Calvi, Guillermo Decurguez (Decur) y Carlos Nine.
En estos diez años produciendo en el mundo de la lírica, la organización consiguió insertarse en el circuito local. Aunque evita pronunciarse sobre los conflictos que aquejaron al Teatro Colón, Marmorek reconoce que supuso “evidentemente un impacto sobre el público”, pero prefiere apuntar al haber podido compatibilizar agendas con esa institución y con el Teatro Argentino de La Plata. “No llegamos a lo que pretenden algunos melómanos, que es que todos nos pongamos de acuerdo en la programación, pero sí de alguna manera hemos llegado a compartir la contratación de artistas, en eso hemos funcionado.”
Sobre la comunidad artística local hace hincapié Marmorek. Cantantes y músicos especializados nacionales son la base de la producción de BA Lírica. “Creo que representamos un espacio de calidad, de trabajo ordenado y disfrutan trabajar con nosotros”, considera. Con todo, advierte que en ocasiones no es posible montar obras sólo con artistas argentinos. “El único tenor que hizo 120 repertorios fue Plácido Domingo, pero ésos son los fenómenos, entre los artistas normales hay especialistas: de ópera italiana, alemana, del siglo XVIII, XIX, XX, y todo eso requiere técnicas y habilidades diferentes, y a veces uno se encuentra con que ciertos roles no se pueden cubrir con lo disponible en el mercado artístico local.”
Lejos de recurrir a las grandes figuras mundiales, como suelen hacer los espacios oficiales, la Asociación prefiere salir a buscarlas en la región: Chile, Brasil, Uruguay aparecen como lugares preferenciales. “Resulta muy movilizante porque traerlos da la oportunidad de darse a conocer en esos países, la voz se corre y puede haber espacio para que artistas nuestros vayan a trabajar a esos países, porque también se forjan amistades con esos invitados, y eso es muy gratificante.”
En el balance administrativo, Marmorek reconoce una temporada más ardua por delante. “Tuvimos que reducirnos a cuatro producciones, en lugar de las cinco habituales”, lamenta mientras explica que buscarán una estructura que les permita recaudar fondos para volver al ritmo de siempre. “La estrechez proviene de que uno puede aumentar el precio de las entradas y normalmente el público sigue esa tendencia, pero no es tan fácil aumentar los aportes empresarios de la misma manera”, explica. Mientras eso sucede, sin embargo, la Asociación apuesta por el atractivo de una buena temporada aniversario. A Cosí fan tutte seguirán Lucrezia Borgia en mayo, Nabucco en agosto y Jenufa en octubre. Cuatro obras y una década de actividad. Pergaminos suficientes para salir adelante.