Ivanna Speranza, un largo viaje a casa
Por Verónica Pagés
LA NACIÓN, Viernes 27 de marzo de 2009
La soprano cordobesa, radicada desde hace 10 años en Italia, actuará por primera vez en la Argentina.
"Con toda humildad, te digo que el rol no es fácil para ninguna soprano, porque tiene muchas exigencias vocales y una gran dramaticidad. Y creo que para poder abarcarlo me han servido todos los pequeños sufrimientos que tuve durante estos diez años de desarraigo, de precariedad afectiva, de soledad." Las palabras de Ivanna Speranza sirven para ilustrar distintas situaciones de su vida que para ella hoy, a las 20, terminarán por cobrar sentido en el escenario del teatro Avenida. Es que esta joven cordobesa de 31 años interpretará esta noche por primera vez en la Argentina -luego de diez años de carrera en el exterior- un rol protagónico; nada menos que Violetta Valéry, de La traviata.
Es la tercera vez que Speranza asume este papel, pero reconoce que sólo ahora lo comprende verdaderamente: "Me animo a decirte que la voz pasa a segundo plano, ya que las exigencias teatrales son muy fuertes. Ahora, todo lo que pasé cobra sentido y, aunque no haya podido expresar a mi gente todo lo que yo viví durante estos años en Italia, este rol y este teatro me dan la oportunidad de sacarlo y mostrarlo".
Ivanna Speranza se fue de Córdoba -a los 21 años- a Módena, luego que el maestro de Luciano Pavarotti, Arrigo Pola, la aceptara en su escuela. Atrás quedaron años de canto amateur en coros, en los que participó de programas de televisión, pasando del folklore al melódico casi sin escalas. Pero fue en una presentación lírica -interpretando un pequeño rol en Elixir de amor - donde Ivanna quedó prendada de la experiencia. A tal punto que no dudó en dejar su tercer año en la Facultad de Medicina y los estudios con Teresa Landín en el conservatorio cordobés, para pedir una audición con el maestro Pola. "Es que admiraba a muchos cantantes italianos y porque, sin duda, la cuna de la lírica está allá", explica Ivanna en un cordobés suave invadido por claros modos italianos.
Y partió sola -Pola tuvo que convencer a sus padres- rumbo a Módena para lo que iba a ser sólo una experiencia pasajera, de iniciación y terminó siendo un proyecto de vida lejos de su familia y de sus amigos. "Es que a los pocos meses empecé a trabajar y a viajar para hacer conciertos, y después llegaron los roles. Los primeros años no fueron nada fáciles, pero la pasión era muy grande."
Muy lejos
Entre el trabajo y el estudio, se le fue armando la vida a Ivanna, de tal manera que los viajes a la Argentina se empezaron a espaciar a una vez por año y eran sólo para ver a la familia. Hasta ahora, en que, por primera vez, puede combinar viaje de placer con uno de trabajo (su familia ya llegó desde Córdoba para verla). Hacía tiempo que Ivanna quería cantar en la Argentina, hasta que se animó y se contactó con las autoridades de Buenos Aires Lírica. El encuentro fue fructífero, tanto que ya desde hace un año ella sabe que haría Violetta en el Avenida.
Este mes de trabajo se ha revelado como una experiencia maravillosa; me ha hecho muy bien compartirlo con mis colegas; humanamente ha sido muy importante para mí -dice Speranza, emocionada de verdad-. Con el régisseur, Pablo Maritano, se creó un feeling enorme desde el primer día; eso me ayudó a ponerme en sus manos y a que él fuera sacando lo mejor de mí. El es un ser muy sensible y le está dando una lectura distinta a la obra, nos está metiendo en un universo atemporal que permite situar a esta mujer -que se aferra violentamente a la vida- en cualquier momento y lugar."
Luego de la experiencia en Buenos Aires, Ivanna volverá a Parma (donde está radicada ahora) para continuar con su carrera y sus clases con la soprano Mirella Freni, con quien comenzó a estudiar hace tres años. "Ella un día me dijo: «Mira, Ivanna. Mejor un pequeño stop ahora [estaba entonces con muchísimo trabajo] para arreglar algunas cosas que permitan que vayas más tranquila hacia adelante»".
Y hacia allá va Ivanna, feliz |