Un diablo y un libertino cercanos a nuestra realidad
Por Gabriel Otero
MUNDO CLÁSICO, Miércoles 20, Mayo 2009
Buenos Aires, 12/05/2009. Teatro Avenida. Igor Stravinsky: The Rake's Progress. Ópera en 3 actos, libreto de Wystan Hugh Auden y Chester Kallman basado en los grabados de William Hogarth. Marcelo Lombardero, dirección escénica. Daniel Feijóo, escenografía. Luciana Gutman, vestuario. Horacio Efron, iluminación. Jeffrey Lentz (Tom Rakewell), Gustavo Gibert (Nick Shadow), Ana Laura Menéndez (Anne Trulove), Christian Peregrino (Trulove), Marta Cullerés (Mother Goose), Evelyn Ramírez (Baba the Turk), Santiago Bürgi (Sellem), Walter Schwartz (un guardián). Orquesta y Coro de Buenos Aires Lírica. Director del Coro: Juan Casasbellas. Dirección Musical: Alejo Pérez. Espectáculo presentado y producido por la Asociación Buenos Aires Lírica.
La amplitud de propuestas de Buenos Aires Lírica desde los inicios de su actividad, casi todas de muy buen nivel, permiten afirmar que la Asociación aún no llegó a su techo artístico y enhorabuena que esto suceda. La calidad de esta producción de The Rake's Progress , con una puesta escénica de excelencia, la homogeneidad de su elenco y la brillante propuesta musical demuestran palmariamente por qué la Asociación está un paso al frente del resto de las propuestas privadas de ópera y muchas veces en un pie de igualdad con las estatales.
Marcelo Lombardero frente al equipo visual demostró que es uno de los mejores directores escénicos de la actualidad en la Argentina, que su equipo es uno de los más sólidos y creativos y que la puesta en escena es lo que mejor hace.
Tedioso sería mencionar los múltiples detalles actorales de la puesta, pero al menos cabe decir que en todo momento se vio teatro y del bueno. La pintura de ambientes sórdidos (como el prostíbulo de Mother Goose) o de la vida libertina parecen ser los que más alientan la creatividad del excelente puestista argentino. La ambientación contemporánea con algunos detalles que podrían indicar que estamos un futuro, la idea que el diablo está entre nosotros -visualizada por la presencia de Nick Shadow sentado en la platea antes de encarar al protagonista- y el ambiente de crisis económica y a la vez la despreocupación y libertinaje del protagonista acercan la obra a nuestra vivencias actuales. No se puede dejar de mencionar la milimétrica marcación del coro en la escena del manicomio.
Daniel Feijóo trazó bellos y funcionales decorados iluminados creativamente por Horacio Efron, mientras que la calidad del diseño y de la confección de los trajes, las gamas de colores y la riqueza de modelos puso de manifiesto el talento de Luciana Gutman. Conjugándose todos los elementos para presentar una versión visual de primer orden.
En el protagónico el tenor norteamericano Jeffrey Lentz mostró gran ductilidad actoral y buenos medios vocales. Su prestación fue de menos a más logrando los mejores momentos en las últimas escenas.
Las dos mejores voces resultaron Gustavo Gibert -en una excelente creación de Nick Shadow- y la chilena Evelyn Ramírez, de cavernosa voz en su Baba la Turca.
Marta Cullerés brindó toda su experiencia al componer a Mother Goose, Ana Laura Menéndez no defraudó como Anne y Santiago Bürgi demostró buenas condiciones en su Sellem.
Con adecuado nivel compusieron sus breves intervenciones Christian Peregrino (Trulove) y Walter Schwartz (un guardián).
El coro de la mano de Juan Casasbellas mostró su valía con el agregado de una actuación sorprendente.
Naturalmente que la llegada a buen puerto de la obra tuvo como eficaz piloto al maestro Alejo Pérez que en todo momento cuidó el balance entre la orquesta y el foso y la calidad musical, con el agregado que en los recitativos él mismo acompañaba al clave, logrando una brillante versión.
En suma: con gran calidad Buenos Aires Lírica nos trajo a un diablo y a un libertino cercanos a nuestra realidad. |