Joya de la ópera moderna
Por Federico Monjeau
CLARÍN, Espectáculos, Jueves 14, Mayo 2009
La obra de Stravinski sube con dirección de Alejo Pérez y régie de Marcelo Lombardero. Repite hoy y el sábado.
El acierto de Buenos Aires Lírica comienza por la elección misma del título: The Rake's Progress (La carrera del libertino, de 1951), obra maestra de Stravinski que constituye una de las mayores dichas que el siglo XX tiene para ofrecerle al público de ópera, y que extrañamente se ha representado tan poco en nuestro medio (en el Colón se dio sólo en tres oportunidades: 1955, 1977 y 2001).
Con sus números cerrados y su referencia al modelo mozartiano, y al mismo tiempo con su lenguaje modernísimo, La carrera del libertino se construye sobre un principio de esencial ambigüedad. Es ambigua en el estilo y lo es también en la expresión: la cavatina que entona Tom Rakewell en el prostíbulo de Mother Gosse ( Love, too frecuently betrayed ) y el comentario del coro que le sigue ("Qué canción tan triste... Pero qué lamento más exquisito") producen un estremecimiento de lo más extraño; un tipo expresivo que, en principio, uno iría a buscar en la música de Puccini, aunque tampoco allí lo encontraría.
La ópera es también ambigua en su tiempo histórico. La régie de Marcelo Lombardero lo explota con admirable economía, aunque aparentemente nada de lo contemporáneo le es ajeno a Lombardero y es así como en la Londres prostibularia de Nick Shadow nos encontramos con actualísimas manifestaciones por la crisis. Más allá de esos elementos anecdóticos, la obra se desarrolla sobre un espacio inquietante y enigmático. La escena del cementerio -aquí sin cementerio, apenas con un mapa del subte de Londres, un afiche de una exposición de Hogarth de 2025 y un container- es antológica, pero no sólo por la imaginativa ambientación sino también por el brillo actoral de los cantantes: el exquisito tenor estadounidense Jeffrey Lentz en el papel de Tom y el barítono Gustavo Gibert con su diabólico Nick Shadow, las dos grandes figuras de un sólido reparto completado por Ana Laura Menéndez (Anne), Christian Peregrino (Trulove), Marta Cullerés (Mother Goose), Evelyn Ramírez (Baba la Turca) y Santiago Bürgi (Sellem).
La actuación del Coro es impecable y la orquesta se oye exacta, leve e incisiva al mismo tiempo, bajo la dirección de Alejo Pérez, a cargo también del clave.
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