"El Cónsul": gran elenco y suspenso cinematográfico
Por Eduardo Giorello
ÁMBITO FINANCIERO, Jueves 17 de Septiembre 2009
Potente versión de la ópera de Menotti de Buenos Aires Lírica.
Buenos Aires Lírica estrenó una nueva producción de «El Cónsul» de Gian-Carlo Menotti, una ópera centrada en la desesperación de una serie de personajes de clase media baja que van pasando por la impersonal e ineficiente sala de espera de un consulado. Todos ellos están identificados por números, como si el consulado fuera un campo de concentración.
La obra de Menotti es intensa. El argumento (del mismo Menotti) expone como en un fresco a los olvidados de una sociedad cruel y deshumanizada. La melodía de evocación itálica del compositor está también en función de un desarrollo de no poco impacto.
La puesta en escena del régisseur de origen brasileño Fabián von Matt centraliza las acciones de la ópera haciendo eje en la desesperación. Tanto su organización espacial como el trabajo con los cantantes actores son óptimos. Von Matt crea suspenso de corte cinematográfico en más de una escena, colocando a ambos extremos del escenario cajas translúcidas donde siempre hay testigos de las acciones, que oyen y registran minuciosamente sus informes
policíacos, un recurso con resonancias de la película de Francis Ford Coppola, «La conversación».
Javier Logioia Orbe dirige marcando matices, silencios significativos y elementos de «suspense» realmente admirables que los músicos de la orquesta exponen con unción y profesionalismo.
En un elenco sin fisuras, la soprano Carla Filipcic Holm cumple una gran labor como cantante y actriz en el papel de la sufrida Magda Sorel. Hernán Iturralde es un sólido y siempre musical John Sorel. Conmovedora la madre diseñada por Virginia Correa Dupuy, y la mezzo Elisabeth Canis, una exacta secretaria distante y gélida. Leonardo Estévez, Osvaldo Peroni y Walter Schwarz cumplen muy bien con sus breves roles.
Los aspectos plásticos (escenografía, vestuario e iluminación) contribuyen a la concreción de un espectáculo vibrante y profundamente dramático que hace honor al talento de Gian-Carlo Menotti.
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