Buen tributo a una ópera ilustre
Por Néstor Echevarría
LA PRENSA, ESPECTÁCULOS, Domingo 9 de noviembre de 2008
'DON GIOVANNI', DE MOZART, FUE PRESENTADA POR BUENOS AIRES LÍRICA COMO FINAL DE SU TEMPORADA
'Don Giovanni', ópera en dos actos. Libreto: Lorenzo Da Ponte. Música: Wolfgang Amadeus Mozart. Director de orquesta: Carlos Vieu. Director del coro: Juan Casasbellas. Régie: Rita De Letteriis. Escenografía: Santiago Elder. Vestuario: Eduardo Lerchundi. Coreografía: Alejandro Cervera. Cantantes: Gustavo Ahualli, Carla Filipcic Holm, Carlos Ullán, Andrea Nazarre, Hernán Iturralde, Ricardo Ortale y otros. Coro y orquesta Buenos Aires Lírica. Avenida (Avenida de Mayo 1222), viernes 7.
La célebre historia de don Juan que comenzó a circular por el mundo con el ingenio literario de Tirso de Molina, que pinta al mujeriego implacable y al 'Convidado de piedra' invitado a su mesa para darle castigo, también sedujo, como a muchos, al gran Wolfgang Amadeus Mozart, que la volcó con inmaculada belleza sonora y escénica. Con la admirable colaboración de su libretista Lorenzo Da Ponte- al escenario lírico,
'Don Giovanni, ossia il dissoluto punito', en el original, se estrenó en el histórico teatro cortesano de Praga, reliquia arquitectónica aún existente, con la dirección del autor en 1787.
UNA OBRA TEMPRANA
En nuestro medio 'Don Giovanni' fue la ópera mozartiana más temprana en aparecer, en 1827, en los años pioneros de labor operística en Buenos Aires.
En esta oportunidad, cerrando su temporada en el teatro Avenida y convirtiéndose en su trigésima producción desde que comenzó la actividad, Buenos Aires Lírica cumplió una 'performance' de mérito.
Una puesta escénica sencilla, propuesta por la italiana Rita De Letteriis sobre una despojada escenografía; un vestuario apropiado y de tendencia monocroma de Eduardo Lerchundi y una iluminación algo dispar de Eli Sirlin, junto a figuraciones coreográficas presentadas por Alejandro Cervera, establecieron el marco escénico para que se desarrollara una versión creciente en su ajuste y contenido musical a lo largo de la extensa partitura, dirigida cuidadosamente por Carlos Vieu al frente de la orquesta de la entidad y el coro, que contó con la efectiva preparación de Juan Casasbellas.
EMPEÑOSO TRABAJO
En el escenario fue empeñoso el trabajo del barítono tucumano Gustavo Ahualli en la difícil parte protagónica. Trabajó vocal y escénicamente el personaje tanto en las arias (acertado en la 'Serenata Deh! Vieni alla finestra') como en las escenas de conjunto logrando un cometido ponderable. A su flanco, la ductilidad de Hernán Iturralde le permitió dar verosimilitud y relieve vocal al criado Leporello, sobre todo en la conocida y admirable aria 'Madamina, il catalogo', que vertió con sólidos recursos vocales y actorales.
La pareja formada por Doña Ana y Don Octavio fue asimismo eficiente. Carla Filipcic Holm alcanzó su mejor momento en 'Non mi dirá' (acto segundo) con bella expansión sonora y acertada musicalidad, logrando los mayores aplausos de la velada, en tanto que el tenor Carlos Ullán mostró en 'Il mio tesoro' y sus ornamentos, una cuidada emisión mozartiana y fluida alternancia de la emisión de pecho y cabeza.
Los dos juveniles participantes, la Zerlina de Ana Laura Menéndez, con grato timbre vocal, y Gustavo Zahnstecher (Masetto) mostraron refinados acentos y desenvoltura, en tanto el empeño puesto por Andrea Nazarre como Doña Elvira deberá en lo sucesivo requerirle un crecimiento interpretativo y emisivo del difícil papel,. Por su parte, Ricardo Ortale aportó su generoso caudal sonoro al Commendatore, en acertada caracterización.
En suma, un cierre digno para el ciclo de Buenos Aires Lírica, como tributo a una ópera ilustre y al genio de Salzburgo. |