Il Trovatore excelente puesta de Buenos Aires Lírica
Por Dr. Alberto Leal corresponsal en Buenos Aires
COVENT GARDEN, Domingo 15 de abril de 2007
Comienzo de temporada a todo Verdi
Opera en dos actos y ocho cuadros con libreto de Salvatore Cammarano, basado en el drama homónimo de Antonio García Gutiérrez.
Música de Giuseppe Verdi.
Reparto
Manrico , José Azócar ; Leonora , Svetlana Volosenko ; El Conde de Luna , Omar Carrión ; Azucena , Alejandra Malvino ; Ferrando , Carlos Esquivel ; Inés, Vanesa Tomas ; Ruiz , Arnaldo Quiroga ; Un viejo gitano , Mariano Crosio ; Un mensajero , Walter Castillo.
Orquesta y Coro Buenos Aires Lírica.
Director de Orquesta: Carlos Vieu
Régisseur y diseñador de escenografía y vestuario: Marcelo Perusso
Director de coro: Juan Casasbellas
Diseño de Iluminación: Rubén Conde
Asistente de régie: Mercedes Marmorek
Concertino: Rafael Gíntoli
Buenos Aires Lírica apostó fuerte en la inauguración de la presente temporada. "Il Trovatore" es - y más que justificadamente - una de las óperas más populares del mundo, pero además una obra que requiere de 5 cantantes de excelente nivel para alcanzar un grado de excelencia. Y un escenario de proporciones, condición que no posee el Teatro Avenida.
Creo que el increíble - y porque no incoherente - argumento de la obra, que siempre se ha utilizado como caballito de batalla, no puede ser ni discutido a estas alturas. Trovatore posee una música absolutamente genial y algunas de sus arias, dúos o escenas de conjunto se encuentran entre lo más sublime de la música compuesta por el autor.
No creo que la muerte de Cammarano, cuando el libreto se encontraba por la mitad - posteriormente completado por Leone Bardare - tuviera nada que ver en el resultado final. La línea del trabajo ya estaba trazada. Verdi recién encontró un libretista de su calibre en las postrimerías
de su carrera, Arrigo Boito.
En Il Trovador todo es más narrado que actuado, restándole de esa forma la brillantez escénica que pueden tener un Otello o un Falstaff.
Pero el desafío encarado por Buenos Aires Lírica dió sus frutos con una muy buena versión.
Marcelo Peruso brindó su mejor trabajo hasta la fecha. La puesta fue fiel a la época y con ribetes de gran producción. Basándose en una escenografía móvil y algunas pocas proyecciones - muy bien elegidas - conjugó belleza visual y cambios sumamente rápidos. La marcación de los cantantes, actores y especialmente del coro fue minuciosa y efectiva. El vestuario rico en texturas y con una acertada gama de colores ayudó indudablemente a lograr un efecto visual de impacto.
Mucho colaboró con este logro la excelente iluminación de Rubén Conde. Excelente trabajo de equipo.
El Director Carlos Vieu condujo la orquesta con auténtico estilo verdiano, manteniendo siempre un muy buen equilibrio entre el foso y los cantantes. Algunas sutilezas o algo más de flexibilidad en el sonido hubieran generado una versión con más poder dramático, pero su trabajo como un todo fue muy bueno. Un lujo, como para cualquier teatro de Opera, contar con el Maestro Gíntoli como Concertino.
Excelente el desempeño del Coro, tanto en lo vocal como en lo escénico.
El tenor chileno José Azócar sirvió al personaje de Manrico con una voz contundente de bello timbre. Su canto fue siempre afinado y su voz pareja todo a lo largo del registro y no pareció tener ningún problema con la esperada "Di quella pira". Siempre me pareció injusto que se espere con tanta ansiedad esta famosa "stretta" teniendo esta opera tantos momentos absolutamente maravillosos.
Poco fue la contribución de Azócar en lo actoral, pero en un rol como Manrico lo vocal asume un papel fundamental.
Svetlana Volosenko (Leonora) posee una voz de agradable timbre con suficiente agilidad como para sortear sin problemas los pasajes de coloratura escritos por el maestro. Es musical y afinada y tiene buena presencia escénica. Pero tal vez Leonora no sea el papel más adecuado para sus medios. Su centro y grave no fueron suficientes para las exigencias de los últimos cuadros, quitándole fuerza dramática a su participación. Tendría que trabajar en su articulación y dicción italiana, su canto tendría mayor expansión y más dramatismo, cuando es requerido.
Omar Carrión (Conde de Luna) canto con auténtico estilo verdiano, buena voz y afinación, logrando algunos pasajes de excelencia. Su canto siempre sonó con buen volumen y fuerza y fue excelente en lo actoral.
Como Azucena, Alejandra Malvino demostró como, con inteligencia, se puede lograr una prestación exitosa teniendo una voz de mezzo leve, casi en las antípodas de lo requerido para el papel. Hermosa calidad de timbre, siempre afinada y con excelente dicción fue componiendo una Azucena que creció a medida que avanzaba la obra. Puso real pasión al servicio del personaje, su canto fue absolutamente verdiano y su personaje totalmente creíble.
Carlos Esquivel fue un muy buen Ferrando. Canto franco con un muy interesante timbre, musical, afinado y con buen volumen. Muy bueno su desempeño escénico.
Correcto el resto del reparto, sobresaliendo la Inés de Vanesa Tomás.
En resumen, a pesar de algunos altibajos, una muy buena versión de una de las más populares óperas de Verdi. Y un muy buen presagio para la temporada a transitar. |