Un 'Tríptico' convertido en 'Díptico'
Por Gustavo Gabriel Otero
MUNDOCLASICO, Domingo 18 de noviembre de 2007
Buenos Aires, 18/11/2007. Teatro Avenida. Giacomo Puccini: Il Tabarro. Ópera en un acto, libreto de Giuseppe Adami basado en La houppelande de Didier Gold. Versión para orquesta reducida de Héctor Panizza. Rita Cosentino, dirección escénica. Daniela Taiana, escenografía. Luciana Gutman, vestuario. Horacio Efron, iluminación. Ricardo Ortale (Michele), José Azócar (Luigi), Carlos D'Onofrio (El Tinca), Walter Schwarz (El Talpa), Mariela Schemper (Giorgetta), Elisabeth Canis ( La Frugola ), Gustavo De Gennaro (vendedor de canciones), Ana Laura Menéndez y Arnaldo Quiroga (dos amantes), Sergio Vittadini y Nora Plaza (voces internas). Orquesta y Coro de Buenos Aires Lírica. Director del coro: Juan Casasbellas. Dirección musical: Carlos Vieu. Giacomo Puccini: Gianni Schicchi. Ópera en un acto. Libreto de Giovacchino Forzano. Versión para orquesta reducida de Héctor Panizza. Rita Cosentino, dirección escénica. Daniela Taiana, escenografía. Luciana Gutman, vestuario. Horacio Efron, iluminación. Luis Gaeta (Gianni Schicchi), Ana Laura Menéndez (Lauretta), Arnaldo Quiroga (Rinuccio), Marta Cullerés (Zita), Laura Domínguez ( La Ciesca ), Vanesa Tomas (Nella), Carlos D'Onofrio (Gherardo), Esteban Hildebrand (Marco), Walter Schwarz (Simone), Enzo Romano (Betto), Fernando Santiago (Maestro Spinelloccio), Mariano Fernandez Bustinza (Il Notario), Mariano Crosio (Pinellino), Leandro Sosa (Guccio), Tomás Benítez (Gherardino). Orquesta de Buenos Aires Lírica. Dirección musical: Carlos Vieu. Espectáculo presentado y producido por Buenos Aires Lírica.
La idea de componer tres óperas cortas para ser representadas en una misma función como una trilogía se le ocurre a Giacomo Puccini en octubre de 1904, aunque con otros temas de los finalmente puestos en música. Esta concepción, única en la historia de la música, comienza a concretarse con la composición de Il Tabarro en 1913, de Suor Angelica en 1917 y de Gianni Schicci entre octubre de 1917 y abril de 1918.
Con la denominación de Il Trittico las tres obras se estrenaron el 14 de diciembre de 1918 en Nueva York. En Italia, con la presencia de Puccini, se estrenó el Tríptico el 11 de enero de 1919 en el Constanzi de Roma, luego se ofreció en Florencia el 10 de mayo de 1919 (en versión revisada por el autor) e inmediatamente en el Teatro Colón de Buenos Aires, el 25 de junio de 1919.
La disímil repercusión de cada una de las óperas que integran la obra determinó que prontamente los teatros solicitaran permiso al editor para desmembrar el Tríptico y ofrecer en forma separada sus partes, tanto sea compartiendo el cartel con una creación de otro compositor o en la opción de dos de sus óperas (generalmente Il tabarro con Gianni Schicchi ). Puccini autorizaba estas mutilaciones de mala gana y en desacuerdo con Riccordi.
En la actualidad los teatros de mayor enjundia han vuelto a presentar el Tríptico en forma integral, mientras que continúa la tradición de ofrecerlo mutilado por razones de costos, de extensión del espectáculo o, simplemente, por motivos de programación artística.
Buenos Aires Lírica decidió cerrar su Temporada 2007 con este 'díptico' pucciniano formado por Il tabarro con Gianni Schicchi , en un espectáculo en el que sobresalió la batuta de Carlos Vieu, los aspectos visuales a cargo de Rita Cosentino, los elencos homogéneos y la calidad de Luis Gaeta como 'Schicchi'.
Las versiones
Ponderar nuevamente las dotes de músico y concertador de Carlos Vieu parece redundante y reiterativo. Pero es de justicia mencionar la calidad de su dirección musical, la excelente respuesta de la orquesta y su profundo conocimiento de las obras. Una batuta a tener seriamente en cuenta y que merece un mejor lugar que el que ocupa en el mundo musical vernáculo ya que es plenamente superior a muchos extranjeros sin muchos antecedentes que pasan por Buenos Aires y está en un plano de igualdad con otros directores supuestamente internacionales con antecedentes sobrevaluados y de resultados erráticos.
El elenco de Il tabarro resultó homogéneo en los roles menores, sólido en los comprimarios (Carlos D'Onofrio 'El Tinca', Walter Schwarz 'El Talpa', y Elisabeth Canis ' La Frugola' ) y deslucido en los protagónicos.
José Azócar ('Luigi') cumplió con lo justo en las exigencias de la parte. Mariela Schemper ('Giorgetta') a la par de una actuación convincente demostró no estar vocalmente madura para las dificultades del rol y Ricardo Ortale ('Michele') recurrió a un uso permanente de la media voz y del parlato , sin cantar en ningún momento a plena voz lo que deslució su gran momento solista ('Nulla. Silenzio') y el final de la obra.
La labor vocal en Gianni Schicchi fue plenamente satisfactoria en un trabajo de empaste de primer nivel. Sobresaliendo la 'Lauretta' de Ana Laura Menéndez, el 'Rinuncio' de Arnaldo Quiroga (un elemento a tener seriamente en cuenta en el futuro) y la 'Zita' de Marta Cullerés, sin desmedro de la alta calidad de todo el elenco.
Párrafo aparte merece el antológico 'Gianni Schicchi' de Luis Gaeta por la perfecta composición teatral del personaje por las inflexiones vocales, por su seguridad, estilo y elegancia, y efectividad en el decir.
Las puestas
Con una visión un poco más contemporánea que la que plantea el libreto de Il Tabarro por su ambientación temporal; el equipo visual comandado por Rita Cosentino Rita (dirección escénica), Daniela Taiana (escenografía), Luciana Gutman (vestuario) y Horacio Efron (iluminación) demostró que con talento todas las dificultades de un escenario pequeño pueden ser superadas. Así estuvieron presentes el barco de Michele, el agua del Sena, las amarras, los paredones y una difusa vista de París en el fondo. Todo se conjugó en crear el carácter sórdido de la obra.
Gianni Schicchi fue ambientada alrededor de 1940 con una habitación diseñada en blanco y negro con grandes cuadros de artistas, enormes bibliotecas y decenas de libros, una radio (que irónicamente irradia el 'Senza mamma' de Suor Angelica , antes de iniciarse la acción) y la gran cama con el difunto Buoso Donati.
La nota de color la dio el excelente vestuario de Luciana Gutman con tonos diferentes para cada pariente y la misma gama para los amantes 'Lauretta' y 'Rinunccio'.
La dirección escénica de Rita Cosentino lució milimétrica y demostró que cuando hay talento y cada detalle es serenamente pensado las puestas de época cambiada funcionan perfectamente.
En suma: un 'Tríptico' convertido en 'Díptico' con muy buen nivel general. |