El esperado regreso de Ernani a Buenos Aires
Por Gustavo Gabriel Otero
MUNDO CLÁSICO, Jueves 23 de marzo de 2006
Buenos Aires, 17.03.2006. Teatro Avenida. Giuseppe Verdi: Ernani. Ópera en cuatro actos. Libreto de Francesco María Piave, basado en el drama Hernani de Víctor Hugo. Marcelo Perusso, dirección escénica y escenografía. Mabel Falcone y Marcelo Perusso, vestuario. Rubén Conde, iluminación. Gustavo López Manzitti (Ernani), Svetlana Volosenko (Elvira), Omar Carrión (Don Carlo), Homero Pérez-Miranda (Don Ruy Gomez de Silva), Mariela Schemper (Giovanna), Martín Lira (Don Ricardo), Walter Schwarz (Iago). Orquesta y Coro de Buenos Aires Lírica. Director del Coro: Juan Casasbellas. Dirección musical: Carlos Vieu. Espectáculo presentado y producido por la Asociación Buenos Aires Lírica.
‘ Ernani' tiene como eje fundamental el amor que sienten por Elvira tres nobles: el entonces Rey Don Carlos de España (posteriormente Emperador Carlos V), el bandido Ernani (en realidad el Duque Don Juan de Aragón, quien se había convertido en bandido y rebelde por haber sido su padre injustamente tratado por el rey español) y de Don Ruy Gómez de Silva, Grande de España. No es una ópera colectiva sino el drama de unas poderosas individualidades que se encuentran entre la determinación personal y los principios sociales. La extensa trama tiene lugar en el año 1519.
El estreno mundial tuvo lugar el 9 de marzo de 1844 en el Teatro la Fenice de Venecia y rápidamente la obra se canta en los principales teatros europeos y de América con gran éxito, integrando por años el repertorio de los más importantes centros operísticos. A Buenos Aires llega en 1849, siendo la primera obra de Giuseppe Verdi que se conoció en la Argentina.
La obra se repuso en innumerables ocasiones, cantándose en casi todos los teatros de ópera de Buenos Aires (Teatro de la Victoria, Teatro Argentino, antiguo Teatro Colón, Teatro de la Ópera, Teatro Politeama Argentino, Teatro Nacional, Teatro Doria, Teatro San Martín, Teatro Coliseo, Teatro Nuevo y Teatro Marconi). Siguió siendo un obra de repertorio hasta la década de 1930 en los teatros populares de ópera. A partir de 1940 sólo encontramos en la ciudad de Buenos Aires las representaciones de 1946 en el Teatro Marconi, las de 1963 en el Teatro Avenida y las únicas 5 funciones efectuadas en el Teatro Colón en 1964. Fuera de Buenos Aires las últimas representaciones fueron en el año 2001 en el Teatro Roma de la ciudad de Avellaneda.
Es por ello que no se puede dejar de felicitar a Buenos Aires Lírica por huir de lo trillado, seguro y previsible y ofrecer, como apertura de la Temporada Lírica 2006 de la Argentina, una obra largamente postergada en la cartelera porteña.
Para esta esperada reposición se contó con la segura y autorizada batuta de Carlos Vieu, con una puesta tradicional y suntuosa de Marcelo Perusso y con un elenco de cantantes de gran rendimiento, lo que convirtió a esta exhumación para Buenos Aires, a más de cuarenta años de la última puesta, en un espectáculo de calidad.
La versión:
El maestro Carlos Vieu al frente de la Orquesta de Buenos Aires Lírica brindó una versión vibrante, homogénea y equilibrada de la partitura verdiana.
Aunque uno de los perfiles de Buenos Aires Lírica es la renovación en las puestas en escena, para esta oportunidad se decidió, con muy buen tino, efectuar una versión de época. La renovación estuvo en la actuación, que no se trató de una suma de gestos estereotipados sino en una marcación por parte de Marcelo Perusso natural, coherente y creíble.
El marco visual efectuado por el equipo conformado por Marcelo Perusso, Mabel Falcone y Rubén Conde lució suntuoso en las escenas que así lo requieren, apoyado en un excelente y lujoso vestuario y en una creativa iluminación.
Nuevamente Gustavo López Manzitti demostró estar en un momento vocal extraordinario de su carrera. Su ‘Ernani' fue cantado con potencia, con homogeneidad y con estilo. Si lograra cambiar su faz escénica donde se lo nota un tanto distante, se convertirá en el artista de la cuerda tenoril indispensable para este Buenos Aires de inicios del siglo XXI
La soprano Svetlana Volosenko resultó una revelación en su ‘Elvira'. Creíble en su actuación, segura en las coloraturas y profesional en su línea de canto. Una soprano a tener en cuenta y a seguir con atención.
Aunque se lo anunció enfermo, Omar Carrión como ‘Don Carlo' mostró un canto pleno de lirismo, delicadeza y estilo. Quizás en algún concertante faltó algo de volumen, lo que seguramente se debió a su estado de salud.
El bajo cubano Homero Pérez, nacionalizado y radicado en la república de Chile, en el personaje de 'Don Ruy Gómez de Silva' impuso autoridad y nobleza tanto en la faz vocal como actoral.
Muy bueno el coro preparado por Juan Casasbellas y correcto el resto del elenco.
En suma: una vibrante y bienvenida versión de Ernani de la mano de Buenos Aires Lírica |