Der Freischütz en Buenos Aires
Por Gustavo Gabriel Otero
PRO ÓPERA, Ciudad de México, Septiembre/octubre de 2005
Los elementos de ambientación de la versión, a cargo de Gastón Joubert, mostraron un ambiente rural respetado con su bosque siempre presente en el fondo. Daniel Helfgot en la dirección escénica concretó un trabajo que, sin efectuar cambios sustanciales en la obra, logró darle nuevo aliento con la presencia de sutiles detalles como las mujeres pájaros, que el mefistofélico Cazador Negro sea una mujer caracterizada con galera y provocativas medias de seda a lo Marlene Dietrich, que el pacto demoníaco se consume sexualmente o que la presencia de Samiel recorra toda la obra invisible, en principio, para todos menos para Caspar.
El maestro Guillermo Brizzio ofreció una versión limpia y equilibrada, con buena respuesta por parte de la masa orquestal.
Enrique Folger como Max evidenció gran compenetración escénica, bella emisión lírica, buen volumen, adecuado fraseo y ajustada pronunciación. Carla Filipcic Holm brilló con su Agathe con un canto de perfecta afinación, excelente línea y buen gusto en el decir. Manejó su enorme caudal sonoro con perfección, pudiendo graduar en todo momento la intensidad del volumen. En lo escénico demostró su ductilidad componiendo un personaje romántico y candoroso ideal. Marcelo Lombardero aportó su experiencia y capacidad actoral al rol de Caspar; vocalmente se manejó con corrección, aunque con algunos problemas en las agilidades y en el fraseo.
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