Macbeth: apuesta difícil y bien ganada
Por Gustavo Gabriel Otero
MUNDO CLÁSICO. Martes 30 de marzo de 2004
Buenos Aires,
25.03.2004. Teatro
Avenida. Giuseppe Verdi: Macbeth. Melodrama
en cuatro actos. Libreto de Francesco María Piave. Marcelo Perusso,
dirección escénica y escenografía. Sofía Di Nunzio, diseño de
vestuario. Rubén Conde, diseño de iluminación. Marcelo Lombardero
(Macbeth), Myriam Toker (Lady Macbeth), Homero Pérez (Banco),
Enrique Folger (Macduff), Carlos Natale (Malcom), Cecilia Jakubowicz
(Dama de Lady Macbeth), Edgardo Zecca (médico, siervo, asesino,
heraldo), Carlos Trujillo (primera aparición), Andrea Rizzi
(segunda aparición), Analía Berger (tercera aparición). Coro
Buenos Aires Lírica. Director del Coro: Juan Casasbellas. Orquesta
de Buenos Aires Lírica. Dirección musical: Guillermo Brizzio.
Espectáculo presentado y producido por la Asociación Buenos Aires
Lírica. Se repite el 2 y 4 de abril.
De la genial conjunción Verdi-Shakespeare nacieron dos óperas que
son obras maestras del género: 'Otello' y 'Falstaff',
el músico de Bussetto siempre tuvo la idea de componer El Rey
Lear, obra que lo atormentó durante toda su vida y que nunca
llegó a trasformar en ópera. También produjo este Macbeth
que de ninguna manera es una obra menor en su producción, aunque
empalidece ante sus hermanas nacidas al menos cuarenta años después.
La representación se ofreció en homenaje al 150 aniversario del
estreno argentino ocurrido el lejano 21 de marzo de 1854 en el
Teatro Argentino. La obra se cantó en varias oportunidades y
diversos teatros de Buenos Aires en el curso del siglo XIX pero en
el actual Teatro Colón sólo subió a escena en cinco Temporadas
entre 1939 y 1998.
La decisión de Buenos Aires Lírica, en su segunda temporada de
existencia, de presentar Macbeth constituyó todo un
riesgo, que en virtud de los resultados obtenidos evidenció una
apuesta de la que salió fortalecida.
Montar una obra de alta complejidad interpretativa y de
lamentablemente escasa popularidad, demuestra la seriedad de esta
entidad que no busca un repertorio auto-complaciente o de fácil
éxito de taquilla, indispensable por otra parte para cualquier
emprendimiento privado.
La puesta
Marcelo Perusso recurrió al cambio de época como recurso dramático,
llevando la obra a una modernidad atemporal donde los guerreros
parecen mercenarios y el sexo y la droga campean por la corte de
Macbeth, en una puesta que nos parece tributaria del Rigoletto
que presentó Graham Vick en el Teatro Real de Madrid en el año
2001 y que presenciáramos el año pasado en Florencia.
También recurrió a la reiterada idea de escenificar la obertura
haciéndonos ver a ‘Lady Macbeth’ en sus pesadillas nocturnas
de sexo y muerte, que sirvió para evidenciar las bien torneadas
piernas de Myriam Toker, pero no agregó nada a la obra.
Estas pesadillas no resultaron coherentes con la aparición de
‘Banco’ en la escena del banquete, que se debe a la adicción
a las drogas del rey y no a su remordimiento.
Menos feliz resultó la idea de convertir a las brujas en una especie
de prostitutas con ropas de cuero, aunque con ello demostrara la
falacia del concepto de que todas las cantantes de ópera son
obesas.
Salvo por estos detalles se evidenció un trabajo serio de preparación
actoral y un movimiento razonable de los intérpretes que nos hizo
pensar en cuantos ‘Macbeth’ y señora, sólo preocupados por
acumular poder y desde él efectuar acciones que tienen como meta
sus obsesiones, que podemos encontrar en nuestros trabajos, los
gobiernos y hasta en los teatros líricos.
El vestuario, la iluminación y el marco escénico resultaron
funcionales al concepto de la puesta.
Los intérpretes
Guillermo Brizzio condujo con seguridad el orquesta de Buenos Aires Lírica,
obteniendo del conjunto una versión musical adecuada, equilibrada
y en estilo. Lamentablemente Brizzio no fue un buen 'concertador'
de ópera ya que su gesto hacia los cantantes es impreciso y
redundó en entradas a destiempo de alguno de ellos.
Marcelo Lombardero en el protagónico ofreció una excelente
caracterización de este personaje. Vocalmente, y aunque el rol no
sea en todo acorde a sus medios vocales, cumplió una labor
encomiable que fue creciendo a medida que transcurría la
representación.
Myriam Toker, en el inhumano rol de 'Lady Macbeth', cumplió una
meritoria faena. Actoralmente impecable, en lo vocal se notó un
registro no homogéneo con tendencia a algún descontrol en el
sector agudo del tesitura. Su escena final 'Una macchia è qui
tuttora', fue lo más logrado.
Una revelación fue el debut del bajo cubano Homero Pérez, de
actuación mayoritaria en la república de Chile, en el personaje
de 'Banco' que demostró una voz bien colocada y correcto fraseo
verdiano.
En un momento vocal excelente encontramos al tenor Enrique Folger
quien interpretó el aria 'Ah, la paterna mano' de su rol de
‘Macduff’ con gran emoción y homogeneidad en el registro.
Muy bueno el coro preparado por Juan Casasbellas y correcto el resto del elenco.
En suma: una muy buena representación de Macbeth en una apuesta difícil y bien ganada por Buenos Aires Lírica. |