"Macbeth", a 150 años de su estreno porteño
Por Juan Carlos Montero
LA NACIÓN. Sábado 27 de marzo de 2004
'Macbeth', de Giuseppe Verdi. Elenco: Myriam Tocker (Lady Macbeth), Marcelo Lombardero (Macbeth), Homero Pérez (Banco), Enrique Folgar (Macduff), Carlos Natale (Malcom). Régisseur y escenógrafo: Marcelo Perusso. Director del coro: Juan Casabellas. Director de Orquesta: Guillermo Brizzio. Buenos Aires Lírica en el Teatro Avenida. Más funciones: hoy, viernes 2 y domingo 4.
Nuestra opinión: bueno
La circunstancia de cumplirse en de marzo los 150 años del estreno de "Macbeth" de Verdi en Buenos Aires, hizo que la entidad organizadora la incluyera como inauguración de su temporada, con el carácter de conmemoración de esa fecha, un detalle que nos recuerda la formidable actividad lírica de la ciudad durante el siglo XIX y la rica presencia de compañías líricas idóneas.
Desafío temerario
Pero la empresa significó un enorme desafío, casi temerario, en razón de tratarse de una ópera compleja en los aspectos fundamentales del género, musicales, vocales y teatrales, como no puede ser de otro modo en una obra basada en la dramaturgia de Shakespeare que Verdi utiliza por vez primera y que se caracteriza por su fuerza expresiva, definición de personajes y situaciones psicológicas.
Considerando estos aspectos, la versión ofrecida tuvo dos aspectos contrapuestos. Por un lado, un tratamiento musical serio, acertado en la faz estilística, con una dirección musical de Guillermo Brizzio que obtuvo muy buen rendimiento de la orquesta en equilibrio con el palco escénico, donde fue positiva la colaboración del coro. Por el otro, una puesta escénica de Marcelo Perusso, con pinceladas en el vestuario, elementos y coloridos, más cercanos al espíritu de la comedia musical que al de la ópera.
Y en este sentido, es una moda de nuestro tiempo el querer plasmar ideas visuales novedosas en el escenario y en los movimientos de actores, a contramano de una lógica que al final dejan de serlo, después de los primeros efectos.
En la escena se vieron, por ejemplo, brujas que parecían coristas de un music hall, luciendo, sin la menor duda, muy hermosos cuerpos, una pareja protagónica enfundada en pantalones de cuero, armazones metálicas movibles y elementos de utilería nada interesantes y de muy discutible valor estético. Sí hubo acierto con la ópera en tres actos en lugar de cuatro y cambios de cuadros rápidos con el propósito de imprimir mayor ritmo a la acción.
Carácter
La soprano Myriam Tocker, como Lady Macbeth, tuvo el carácter requerido para trazar su tremendo personaje y cantó con pleno conocimiento de su parte alcanzando el mejor momento de su intervención en la escena del sonambulismo. Su natural volumen vocal y temperamento le permitieron abordar las partes más arduas con seguridad pero deslució levemente su rendimiento al no atemperar las notas del extremo agudo que se escucharon con un sonido destemplado.
Marcelo Lombardero que continúa haciendo gala de indudable capacidad artística, se vio un tanto superado por el canto pleno, voluminoso y de fraseo amplio que reclama Verdi. Si bien es cierto que aportó buen criterio para expresar la personalidad del personaje y se movió con su habitual dominio de la escena.
Fue una muy grata sorpresa escuchar al tenor Enrique Folger, cantando con clase la única aria de Macduff, además de haber hecho alarde de buen gusto en el fraseo con una emisión mucho más firme que en anteriores oportunidades. Al mismo tiempo fue muy sobrio en su actuación.
Otra satisfacción llegó con el debut en Buenos Aires del bajo cubano Homero Pérez, de voz grata, segura musicalidad y buena expresión, virtudes que han contribuido para que en su currículo figuren numerosos éxitos y presentaciones en el exterior. Merece destacarse al resto del elenco en los papeles de flanco por su buena predisposición y al coro preparado por Juan Casasbellas en la hermosa imploración en el bosque y en la exaltación final cuando el tirano ha sido muerto y se corona al nuevo Rey de Escocia.
Desde luego que el aplauso fue caluroso para todos, pero como acontece invariablemente se apreció en su intensidad el éxito artístico de Enrique Folgar, Homero Pérez y de Guillermo Brizzio que contrastaron con la frialdad para el equipo escenográfico. |