Muy buen inicio de las actividades de Buenos Aires Lírica
Por Gustavo Gabriel Otero
MUNDO CLÁSICO. Martes 8 de abril 2003
Buenos Aires, 03 de abril de 2003. Teatro Avenida. Madama Butterfly. Ópera en tres actos de Giacomo Puccini sobre libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa. Willy Landín, dirección escénica y escenografía. José Luis Fiorruccio, iluminación. Mabel Falcone, vestuarista. Mariela Schemper (Madama Butterfly), Carlos Bengolea (Pinkerton), Vanesa Mautner (Suzuki), Omar Carrión (Sharpless), Carlos Sampedro (Goro), Alejandro Di Nardo (Tío Bonzo), Sebastián Sorarrain (Príncipe Yamadori), Sonia Schiller (Kate Pinkerton), Diego Pietropaolo (Oficial de Registro), Mariano Fernández Bustinza (Comisario Imperial), Cintia Velásquez (Madre de Cio-Cio-San), Shirley Ocampos (Tía), Silvina Martino (Prima), Leonardo Mena (Tío Yakuside). Coro Buenos Aires Lírica (Dir.: Juan Casasbellas). Orquesta de la Asociación de Profesores de la Orquesta Estable del Teatro Colón. Dirección Musical: Carlos Alberto Vieu. Espectáculo presentado y Producido por la Asociación Buenos Aires Lírica. Se repite los días 11 y 13 de abril
No puede menos que celebrarse el inicio de la primera temporada de una nueva asociación privada: Buenos Aires Lírica, que, en un auspicioso inicio de actividades, se suma a las existentes en Buenos Aires en producciones de ópera independiente.
Su carta de presentación fue una muy buena Butterfly dentro de una Temporada planeada con equilibrio en la que se presentan dos títulos de probada popularidad como éste y Lucia di Lammermoor, dos títulos poco frecuentados en el medio argentino como La Italiana en Argel y La Clemenza di Tito y un bienvenido estreno nacional como será Orestes de los argentinos Diego Vila y Betty Gambartes.
Para esta producción se recurrió a dos de los más talentosos artistas en sus especialidades con que cuenta el medio local: Carlos Alberto Vieu en la dirección musical y Willly Landín en la escénica y a un elenco de cantantes que incluye profesionales de larga trayectoria con jóvenes valores.
El resultado fue una excelente versión musical, una muy buena versión escénica y algunos desniveles en la faz vocal. En una de las mejores producciones de ópera independiente que se viera en Buenos Aires en los últimos años.
Debemos destacar que al finalizar el primer acto el presidente de Buenos Aires Lírica doctor Frank Mamorek presentó al público, en una sencilla pero cálida ceremonia, el kimono ceremonial que usó en 1918 la primera mujer latinoamericana en ingresar al Palacio Imperial Japonés, señora María Luisa del Carril. La reliquia, que es una pieza histórica única, fue exhibida por la asesora de movimientos orientales de la puesta señora Nancy Nakasato.
La Representación:
Puntal de la función reseñada fue la dirección orquestal del maestro Vieu. Concertó una versión con garra, con nervio, con estilo pucciniano y con alto vuelo lírico. Además buscó un adecuado equilibrio entre el foso y el palco escénico. Realmente excelente. Un gran triunfo para esta joven batuta que debería tener aún mayores posibilidades en el país.
Finalmente podemos alegrarnos ya que ante el pomposo nombre de escenografía se presentó una verdadera escenografía y no un mero marco escénico con luces y telas. Willy Landín planteó una casa sólida en colores negros con pequeños cambios en cada uno de los cuadros, con bellísimos efectos de iluminación y adecuado vestuario.
El movimiento actoral fue acertado y resultaron de muy buen gusto los contrastes en el primer acto entre la acción de los protagonistas y los movimientos y estatismos de las masas corales.
Los Cantantes:
Mariela Schemper es casi una debutante y los nervios se notaron, más en un rol tan complejo como 'Butterfly'. Su canto fue en ascenso a medida que avanzó la representación. Es evidente que con el correr de las otras funciones irá sacando provecho a la experiencia y adquiriendo mayor seguridad vocal y escénica.
Un verdadero lujo fue el 'Sharpless' de Omar Carrión, por presencia escénica, capacidad vocal y línea de canto.
Carlos Bengolea con un molesto vibrato en casi todo el registro y agudos extremadamente forzados defendió con hidalguía su parte de 'Pinkerton'.
Adecuada resultó Vanesa Mautner en el rol de 'Suzuki' y correcto el resto del elenco, sobresaliendo la calidad vocal de Sebastián Sorarrain ('Príncipe Yamadori') y la irregularidad de Carlos Sampedro ('Goro').
Muy bueno el coro preparado por Juan Casasbellas. |
