Diversión asegurada
Por Gustavo Otero
MUNDO CLÁSICO. Jueves 3 de julio de 2003
Diversión asegurada: La Italiana en Argel
Buenos Aires, 26 de junio de 2003. La Italiana en Argel (L'Italiana in Algeri). Ópera en dos actos de Gioachino Rossini sobre libreto de Angelo Anelli. Horacio Pigozzi, dirección escénica y escenografía. Mini Zuccheri, vestuario. Gonzalo Córdova, iluminación. Mariana Rewerski (Isabella), Hernán Iturralde (Mustafá), Eduardo Ayas (Lindoro), Armando Noguera (Taddeo). Eleonora Sancho (Elvira), Mónica Sardi (Zulma), Nahuel Di Pierro (Haly). Coro Buenos Aires Lírica. Director del Coro: Juan Casasbellas. Orquesta de Buenos Aores Lírica. Dirección Musical: Carlos Calleja. Espectáculo presentado y producido por la Asociación Buenos Aires Lírica. Se repite los días 4 y 6 de julio.
Reafirmando un alto y sostenido nivel de calidad la Asociación Buenos Aires Lírica presentó 'La Italiana en Argel' de Rossini en el Teatro Avenida. Sin lugar a dudas esta obra se cuenta entre los grandes clásicos de la ópera buffa y en cada nuevo acercamiento depara dos horas y media de gran diversión, quizás mucha más que su 'hermana' El barbero de Sevilla, pero para que surja esa comicidad hay que contar con un muy buen director escénico, en elenco parejo de cantantes que además sean buenos actores y una batuta que pueda manejar adecuadamente los distintos matices de la partitura. Todo esto se conjugó de manera brillante en la función que comentamos.
La Puesta:
Con muy pocos elementos escenográficos (cortinas de separación, columnas que subían y bajaban y mesas que se iban cambiando de lugar) se logró dar a cada escena el marco adecuado al desarrollo de la comedia. La iluminación y el uso del coro como marco escénico en algunos momentos, contribuyeron a la calidad visual del espectáculo.
El vestuario de Mini Zuccheri fue pensado con fina comicidad y ocurrencia y con gran eclecticismo.
Las mujeres llevaron suntuosos vestidos con estridentes colores dorados o azules, de diseños extravagantes, que sutilmente se burlaban del gusto de las 'amigas' del poder de las presidencia del doctor Menem.
Muy adecuado el vestuario masculino y de gran comicidad el de los pappataci con sus lentes negros y camisas de colores fluorescentes que hacían pensar en pequeños mafiosos.
Excelente el movimiento actoral ideado por Horacio Pigozzi, subrayando en cada momento la comicidad sin caer nunca en el mal gusto. Especial importancia cobró la marcación de 'Mustafá' destacando la fascinación que le produce la italiana y no los aspectos ridículos del personaje burlado.
Muy cómicas resultaron las escenas de imposición del cargo de 'Kaimakan' a Taddeo y de 'Papatacci' a Mustafá, que hacen recordar la burla que recibe el señor Jourdain cuando es investido de la dignidad de 'Mamamuchi' en el Burgués Gentilhombre de Moliere.
El elenco respondió de maravillas a las marcaciones y se notó especialmente que ellos mismos se divertían, alegría que se contagió en todo el público presente.
La Versión:
El maestro Carlos Calleja concertó la obra en perfecto estilo, cuidando los planos sonoros, los distintos matices, los típicos crescendos y los tempi.
Un nuevo triunfo artístico para el maestro que se afianza cada vez en la concertación musical.
Mariana Rewerski encaró a 'Isabella' con muy buenos recursos vocales e histriónicos. Posee una hermosa figura y tiene la desenvoltura escénica necesaria para su personaje. Especial lucimiento tuvo su entrada vestida a lo Sofía Loren. Su timbre vocal es grato, maneja con limpieza e inteligencia las coloraturas y su canto tiene adecuada seguridad.
El barítono Hernán Iturralde encarnó con gran solvencia el papel de bajo de 'Mustafá'. Tiene una voz pareja que corre adecuadamente por toda la sala. Su desempeño fue creciendo a medida que transcurría la función. Algunas dificultades en las coloraturas de su aria 'Già d'insolito ardore' no empañan una muy destacada labor.
Destacada intervención tuvo Eduardo Ayas como 'Lindoro' demostrando nuevamente que es un profesional muy confiable, aunque algunas agilidades del aria 'Languir per una bella' no le resultaron muy cómodas máxime cuando a las agilidades vocales se sumaron las agilidades corporales de ir subiendo a una torre de mesas.
Muy adecuados resultaron Eleonora Sancho como la esposa primero perjudicada y luego reconciliada que es 'Elvira', su compañera 'Zulma' a cargo de Mónica Sardi y Armando Noguera como 'Taddeo'.
Nahuel Di Pierro volvió a demostrar su excelente material vocal y seguro actuar. Es muy joven (no tiene 20 años) y creemos que aún tendría que estar en su etapa de formación para no malograr prematuramente con engolamientos o deficiencias técnicas su gran potencial.
Muy bien preparado el coro por Juan Casasbellas.
En suma: Una muy buena versión de una ópera que asegura diversión y que demuestra la buena senda en la que está transitando Buenos Aires Lírica. |