Por Claudio Ratier
  Tiempos difíciles

Attila
El estreno
En Buenos Aires

EL ESTRENO

Previsto para el 24 de febrero pero pospuesto por los problemas de salud del maestro, el estreno de Attila tuvo lugar en la Fenice el 17 de marzo de 1846. Actuaron Ignazio Marini (Attila), Natale Costantini (Ezio), Sophia Löwe (Odabella) y Carlo Guasco (Foresto), dirigidos por el propio autor. El éxito que podría haber tenido esta función inicial se frustró porque Guasco y Costantini no estaban en las mejores condiciones vocales, y porque el calor producido por la enorme cantidad de velas encendidas sobre el escenario sofocó al público. Según los testimonios, el entusiasmo que los asistentes demostraron al inicio de la representación fue disminuyendo durante la serata, al extremo de que durante el último acto casi no se escucharon aplausos. Pero a partir de la segunda noche Attila triunfó, ocupó su lugar entre los dramas verdianos más apreciados por el público y comenzó a ser solicitada por los teatros más importantes.

A pesar de las contrariedades, este período de la carrera de Verdi fue decisivo para la inserción de su música fuera de Italia. Para 1845 el empresario Escudier arregló que en París se representasen, en idioma original, Nabucco, Ernani e I due Foscari; fallecido Bellini, enfermo Donizetti y retirado Rossini, la capital francesa lo reconoció como el más importante compositor italiano del momento. El centro de la cultura europea fue una buena vidriera para interesar a empresarios de diferentes procedencias que presenciaban espectáculos líricos novedosos. Inmediatamente se abrieron las puertas de Londres con el estreno de Ernani, seguida por Nabucco e I Lombardi, y el encargo de I masnadieri para el Her Majesty's Theatre (1847).

 

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